La biología de la trascendencia 2

Aquí tenéis los apuntes extraídos de mi lectura de la Parte Uno y su prefacio:

PARTE UNO
LA BIOLOGÍA TRASCENDENTE DE LA NATURALEZA
Algunos detalles orgánicos

PREFACIO A LA PARTE UNO
UNA SAGA DE COMPORTAMIENTO NO GUIADO POR LOS CONFLICTOS

Descubrí que en cualquier acontecimiento, si desechamos deliberada y voluntariamente la autopreservación, el curso normal de los acontecimientos podría ser revertido, cambiado o modificado.

Descubrir que la estructura de la realidad era negociable cuando estaba libre de todo conflicto interior fue un descubrimiento crucial para mí –como mi descubrimiento de que todo conflicto interno se produce por nuestro miedo a un posible daño o a la muerte–. La ironía de esto es que existe un estado en el que el daño realmente no puede suceder dentro de los confines de un particular acontecimiento si rodeamos nuestro bloqueo del miedo y nos abrimos a esta otra perspectiva.

Décadas después de mis experiencias de desafiar al daño encontré el trabajo del neurocientífico Paul MacLean sobre la “naturaleza trúnica” de nuestro cerebro. Tenemos dentro de la cabeza tres cerebros y comportamientos radicalmente diferentes, que incluyen nuestro cerebro corporal básico y sus estrategias compulsivas de supervivencia. A través del trabajo de MacLean vi cómo el miedo de cualquier tipo nos arroja a una antigua mentalidad de supervivencia que, cuando está completamente activa, la usamos para nuestros más altos modos de conciencia evolutiva. Pero son estos reinos superiores de nuestro sistema neuronal los que tienen la posibilidad abierta a través de la cual podemos modificar y modular la estructura de la realidad en un determinado momento. Cuando Carlos Castaneda sacó sus destacados libros, me di cuenta de que él sabía claramente que nuestro miedo a la muerte nos impide usar todo nuestro potencial y todo el espectro de nuestra humanidad.

El comportamiento no guiado por los conflictos nos abre a una liberación de la duda, puesto que el comportamiento no guiado por conflictos sucede solo cuando estamos libres de toda duda. La apertura y la aceptación incondicional de ese estado son acontecimientos simultáneos, no lineales así que no están sujetos a ninguna forma de lógica. La apertura de este estado coincidía con mi aceptación instantánea de él sin reservas.

La metáfora de Carlos Castaneda de la “oportunidad del centímetro cúbico” sugiere un amplio margen para la velocidad en nanosegundos con la que esta oportunidad se abre y se cierra.

Una persona sin conflictos tiene dominio sobre una persona con conflictos o dividida. Como una persona sin conflictos, yo era inmune al peligro o al desastre durante el desarrollo de cualquier acontecimiento siempre y cuando recordara permitir a la fuerza de este comportamiento que se hiciera cargo y evitara el reflejo instintivo del miedo y la duda.

Parecía que era mi seguridad y mi liberación de la duda lo que causaba la revelación de esa fuerza, después de la cual la causa ordinaria no producía el efecto esperado.

El comportamiento sin conflictos no es una cuestión religiosa, teórica, filosófica o semántica, ni es un asunto de lógica. Por el contrario, es una grieta ilógica en el huevo de la realidad, la forma de la fe, la forma mediante la cual el creador y lo creado se originan entre ellos. La fe y la creencia son polos opuestos. La creencia es intelectual y proviene de la cabeza. La fe proviene, puedo suponer, del corazón, o quizás del kath o chi –ese centro de la voluntad que hay en nuestro ser–.

Descubrí que la persona normal en su estado de conflicto, inseguridad, duda y miedo –que era mi estado normal también– no solo estaba indefensa frente a un comportamiento sin conflictos sino que estaba seriamente atraída a este estado.

En este fenómeno [del comportamiento no guiado por conflictos] subyace la clave de quiénes somos y lo que podemos hacer para encontrar nuestra trascendencia y escapar de la actual violencia que provocamos en nosotros mismos y en La Tierra.

RG, 23 Chinnamasta (19 de mayo de 2017)

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