Los sexólogos hablamos de «agresividad fálica» como una característica masculina (incluso como un recurso, una habilidad y un valor). A menudo esto resulta desconcertante (incluso reaccionario o amenazante) especialmente para quienes más se ha comprometido con la militancia antipatriarcal. Sin embargo, en la intimidad del encuentro con el varón, las mujeres andrerastas (incluso feministas) anhelan -o pueden hacerlo- la agresividad fálica que muchos hombres bien socializados (o sea, civilizados con estas reglas de civilidad anafrodisiaca y deseorizante) tienen limitada, impedida o castrada. Aunque crecientemente invadimos la intimidad erótica con discurso político que pervierte aquella peculiar dinámica, en los atavismos emocionales del encuentro carnal la agresividad fálica no es violencia sino vigor, deseo, pasión, energía, virilidad, … Así que no es lacra a combatir, sino valor a proponer, propuesta a convenir y experiencia a experimentar. Si eres lesbiana (por lo tanto no «te pone» lo viril) es probable que no lo entiendas; incluso es probable que tus razones políticas te impidan empatizar con estas sinrazones eróticas. No es un problema que no «lo entiendas», pero sí es un problema que impongas a las otras mujeres tu «modo de entender».
Joserra Landarroitajauregi en Genus: Genitales y Generación
No hay mucho más que añadir. Simplemente agradecer la claridad mental de Joserra y la belleza resultante cuando la expresa. Gracias.
JM