Archivo de la categoría: Endospique

¡Nadie es prescindible!

La mezquindad de esta mierda de sistema, basado en los principios morales del jcibu, es de tal calibre que existe un meme en la endopsique que nos dice que nadie es imprescindible. Pues esta tarde aprovecho para mandar un brindis de ira a ese aparato institucional encargado de hacer «real» lo irreal. Nos hipnotizan y nos han hipnotizado (PNL) durante milenios con el único objetivo de convertirnos en esclavos de una pequeña pandilla de psicópatas dispersa por todo el mundo y en todas las grandes religiones. Me remito a una pequeña prueba:

“Está prohibido prestar a los no judios sin usura”.
(Talmud Sanhedrin, fol. 76, c. 2). (1)

¡Nadie es prescindible! Todos tenemos unos talentos únicos que son absolutamente necesarios para el apoyo mutuo (2). Todo aquél que se autoseleccione para realizar hechos concretos (no «buenas intenciones»), encaminados a la mejora del buen vivir en este planeta, es absolutamente imprescindible. A mí me gusta verlos como héroes abocados a una tarea inmensa extremadamente inteligente, empática con este planeta que nos permite respirar.

Si algo puedo decir desde aquí es que contamos con la mejor de las ayudas: Gaia. La interactividad con la Diosa de la Sabiduría que mora en este precioso planeta es fundamental, es un camino místico experimental lúdico. ¡A Sophia le encanta aquello que nos encanta!

No hay prisa. ¡Que el deseo sea nuestro alimento, el placer su materialización y el amor nuestro guía natural e infalible! (3)

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Dibujo de Lokman Lam

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Los hechos y el orden mental

¿Cuántas palabras se escriben o se pronuncian sin estar asociadas a la experiencia personal? ¿Cuántos hechos están asociados al buen vivir?

Llevo ya algunos años con estas cuestiones, mirando mi existencia desde este punto de vista, y he observado que en general no se sabe muy bien lo que es la experimentación. Creemos que acumulamos experiencias, cuando en realidad acumulamos conocimientos disociados de los hechos. ¿De qué nos sirve acumular muchos conocimientos sobre la flora de este maravilloso planeta, por ejemplo, si no somos capaces de disfrutar el aroma de una flor? ¿De qué nos sirve todo ese conocimiento si no somos capaces de dejarnos embriagar por la belleza de un árbol?

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¡Somos extremadamente inteligentes!

Lo creamos o no es así.  ¡Somos extremadamente inteligentes! Y si no que se lo digan a esta preciosa flor de abajo o a Jeremy Narby en este vídeo (La inteligencia en la naturaleza). ¡Todo es extremadamente inteligente!

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Sucede que desde nuestro nacimiento, todos los mensajes que recibimos (todos desde el mismo lugar) nos dicen que son otros (los más cualificados, los más leídos, los que gozan de más estudios, …) los que tienen la cualidad de la inteligencia. Ellos son, por ejemplo, los que diseñan nuestras casas, descubren las leyes naturales, escriben las poesías inigualables o simplemente nos gobiernan bajo la excusa de que  nosotros no somos capaces de hacerlo. Seguir leyendo ¡Somos extremadamente inteligentes!

La fuerza de la transparencia

La transparencia tiene una propiedad que facilita la exploración de esos límites impuestos desde antes de nuestro nacimiento. Nos acerca a lugares tenues y borrosos que aparentan ser una frontera entre lo correcto y lo incorrecto, marcados básicamente por la moral de nuestra sociedad.

Permitirnos ser aquello que nos gusta y deseamos (sin ese miedo rancio que nos atrapa cuando vamos en contra de esta mierda de moralidad judeocristiana) es absolutamente necesario; sentirnos lo suficientemente maduros para decir claramente lo que pensamos y queremos, a pesar de que pueda resultar «inapropiado» o «desagradable».

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¿Intención o Intento?

¿Previo o actual?
¿Pensamiento o sensación?

Llevo muchos meses experimentando el intento y me estoy dando cuenta de que tiene más dinámica que la intención.

La intención contiene un pensamiento previo y el intento da con una sensación actual.

¡Así es cómo lo veo!

JM TK

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Dibujo de Jorge Monreal

La belleza del intento

La endopsique tienen un uso fantástico. Es portadora de un gran abanico de clichés para que, según el lugar donde vivamos, tengamos una respuesta instantánea a una situación concreta. Es simplemente una gran base de datos instalada dentro de nosotros, en el interior de nuestra mente. Cuando hablo de mente no solo estoy pensado en el cerebro. Nuestro corazón es mente, mi mano cuando dibuja o escribe es mente, recuerda lo que hace.

Endopsique

Vamos, la endopsique es un recurso fundamental para sobrevivir en un entorno natural al que nos hemos adaptado durante milenios y que nos facilita los aconteceres. Yo diría que las costumbres adaptadas a un medio natural son un placer, una experiencia-cumbre en cada milisegundo, y es la endopsique la encargada de monitorizarlas. Seguir leyendo La belleza del intento

Levítico 15: 19-33

Levitando en la inmundicia

Unknown

Le tenía ganas a esta entrada, he de reconocerlo. Me siento como esta margarita después de leer esto.

Esta información está sacada de la Wikipedia:

El libro se denomina Levítico porque se trata, en esencia, de un manual religioso para uso de los levitas, sacerdotes encargados del culto, escogidos de entre los miembros de la tribu de Leví.

La temática principal es la de reafirmar la pureza y la santidad del pueblo de Israel, en el cual Yahvé ha puesto su predilección.

Investigando a los levitas me encuentro con esto:

«He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas.» (Números 3:12).
«Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido, los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel.» (Números 8:16).19 

Y retomo mi tema principal, el Levítico o Levitando en la inmundicia. Bien, para añadir algo de producción propia (no todo va a ser citar a los demás, una tiene su creatividad) he de decir que si el Levítico es un manual para el uso de los «escogidos» entre los miembros de la tribu, me huele a chamusquina, pero de la gorda. Me decís que las Escrituras Sagradas son de los libros más importantes de una cultura y resulta que la Biblia, el libro más importante de «mi» cultura dice lo siguiente (entre otras muchas cosas):

19 «Cuando una mujer tenga flujo, si el flujo en su cuerpo es sangre, ella permanecerá en su impureza menstrual por siete días; y cualquiera que la toque quedará inmundo hasta el atardecer.

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¡El tiempo pasa!

¡El tiempo pasa, sigue pasando y seguirá pasando!

Yo sé que hay momentos en los que se dan ciertas cuestiones que aplazamos con la esperanza de que ya encontraremos el tiempo para desarrollarlas. Y también sé que esos momentos están cargados de falsas ilusiones, de buenas intenciones que no cuajan. He visto que en esas ocasiones, en las que me siento flojo, mis milisegundos se van por el sumidero, que he perdido una oportunidad de enfrentarme a eso que me acojona. La expresión que me viene es ésta: «Mis milisegundos no tienen valor». Es como que el transcurrir de nuestra vida no tuviera valor, como si mi existencia no tuviera importancia.

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En defensa de la inocencia

Cada día veo en mis hijas la necesidad de adquirir y poseer muchos objetos parecidos a otros que ya tienen. ¿Cuántos muñecos de peluche pululan por mi casa? ¿Cuántos juguetitos iguales o parecidos adquieren de dentro de un huevo hueco de chocolate?  El mundo que nos rodea ofrece todos estos señuelos, pero no generan la necesidad de comprarlos, simplemente diría yo que se ajusta a una necesidad natural que existe en nosotros. Yo la recuerdo y después de varias décadas observo que se ha manifestado dentro de mí igual que la veo en mis hijas hoy. Además, ¿qué decir de los supuestos hechos históricos en los que los conquistadores españoles intercambiaban con los indígenas americanos baratijas por oro, cosa que, por cierto, parece que también hicieron los ingleses en Norteamérica?

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Detrás de la inutilidad aparente de este consumo desenfrenado, está la innata y bella necesidad de buscar algo distinto en aquello que no tengo, o creo no tener. Los críos no pueden ni deben imperdir esa tendencia que con el debido tiempo se verá expuesta y afinada. La labor de sus cuidadores no es la restricción de la multitud de bisuteria que quieren, y que adquirimos para ellos, simplemente consiste en entender que es una necesidad suya (y nuestra con otro tipo de objetos) y que es fundamental tratarla adecuadamente para su buen desarrollo como animales humanos contextualizados en una sociedad llena de cosas inútiles. Obviamente no estoy diciendo que debamos comprar todo lo que se les pasa por la cabeza, pero sí quiero decir que la exclusión total de ciertos artículos (por alguna ideología u otra) va en contra de su necesidad de explorar el mundo que les rodea.

JM

 

¡Afrontar que ser!

Nos hemos encontrado con un juego en el que se afloja esa manía de ejercer nuestro ego, se diluye eso que siempre hemos usado para situarnos dentro de la macabra historia del jcibu que tanto nos condiciona, esa historia fea que sin apreciarlo nos maneja y decide por nosotros el cómo vivir nuestra propia vida.

Hemos practicado el juego de los infinitivos y ha resultado de lo más divertido y regenerador, y hemos comprobado que nos acerca al otro y que nos comunica sin las cargas adquiridas con las que normalmente nos expresamos, sin ese lastre que le ponemos a las palabra y que nos separa de los demás.

El juego consiste en usar la forma verbal del infinitivo en lugar de cualquier otra. Así, si quiero decir «Me gusta la cerveza», diríamos «Mi gustar la cerveza», «Gustar la cerveza» o «Gustar cerveza».

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¡Me voy al lugar donde en éste no estoy!

Llevo tres días en los que miro desde un lugar que me sitúa en la realidad, fundamentalmente durante las situaciones cotidianas que transcurren con mi familia, mi dulce familia. Mi atención hacia mis hijas y mi mujer se adapta a lo que sucede dentro de ellas.

Me voy al lugar donde en éste no estoy
y de ahí vuelvo sin mí,
observo, aprendo, escucho, acompaño,
y ellas conmigo y sin mí.

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Fractal de Benoît Mandelbrot

11 de KaliMa’16

JM

Javier Krahe: Conmigo y sin mí

La gota de Rocío viene con Kali

 

Comienzo con esta canción. Escuchadla para preparar el cuerpo para lo que viene…

He de reconocer que me encanta incluir música con mis entradas. La verdad es que no sé si me encanta a mí o es a ella a quien le encanta. Me refiero a la música, claro. Esto de aprender a vivir de manera transpersonal es algo muy nuevo y bello para mí.

Algunos pueden preguntarse: ¿Qué es eso de la vida transpersonal? Cuando hablaba de que no estaba segura de si había sido yo quien había elegido la música o la música me había elegido a mí, esto es exactamente lo que sucede en la vida transpersonal. La fusión con el más-allá-a-de-tí-mismo se hace tan evidente que te rindes a él. Y entonces aparece una nueva forma de vivir, en la que lo espontáneo toma vida, la inocencia recupera su verdadero estatus en la naturaleza humana y fluye la gota de Rocío, el elixir de la vida.

No he podido evitar la tentación de buscar la etimología de mi nombre, Rocío, que aparece en esta sublime melodía de Silvio Rodríguez, a quien le debo el traspaso de elixir de sabiduría musical. Pero lo que me ha cautivado es la raíz indoeuropea de mi nombre: -ers, o sea, fluir. Aquí la tenéis.

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«Existe una misteriosa relación en el rocío que refleja un secreto de la alquimia. Esta agua de la primavera que se recoge es también el “fuego de la naturaleza” que cocina las semillas en la tierra, haciendo surgir la verdesencia e imbuyendo vida a las plantas». Dice Alejandro Martínez Gallardo en El antiguo arte alquímico de recolectar el rocío.

También dice este ensayo: «El rocío –que ya hemos visto es también “el fuego secreto de la naturaleza”– parece ser un elemento importante, al menos para algunos alquimistas, para obtener este “espíritu salino” con el cual se pueden realizar las operaciones maravilosas de la ciencia oculta. En varios sentidos el rocío recuerda a un líquido divino o a una sustancia que confiere la divinidad o los atributos de lo celeste. Recoger el rocío –la gota de aire condensado, una perla de Indra o un glóbulo de icor– en cierta forma podría ser una técnica más sutil para robar el fuego de los dioses».

Y sigue….«En la Tabla Esmeralda, el texto atribuido a Hermes Trimegisto, según la tradición el padre de la alquimia, se lee: “Su padre es el Sol, y su madre la Luna, el Viento lo llevó en su vientre, y su nodriza es la Tierra”. Al parecer esto se refiere al espíritu universal que los alquimistas tratan de obtener, después de que la materia se ha vuelto más densa, algo que podríamos identificar con un ocultamiento de lo sutil en lo denso. Este viaje simbólico del espíritu puede también relacionarse con el proceso del rocío que podemos decir es el resultado de la energía del Sol y la Luna, y es llevado por el viento, hasta la Tierra donde recibe los minerales»

«…la idea fundamental de la filosofía hermética de que el universo entero con sus estrellas y galaxias se refleja en la tierra, cabe incluso en una gota de rocío. Una gota de rocío es un orbe de perfección, potencia pura en su transparecia luminosa. Una perla del universo, pequeño mundo. Una perla del collar que refleja todas las perlas en cada una». «Para los alquimistas, el proceso de individuación representado por el opus era una analogía de la creación del mundo”, escribió Carl Jung. En cierta forma el rocío representa una forma individual que recapitula la creación del mundo».

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Después de todo esto, solo puedo añadir una (o varias) cosas. Siempre me ha gustado mi nombre, pero nunca hasta ahora he investigado su significado. La vida transpersonal es tan inocente que te lleva directamente al por qué de las cosas y eso es inteligencia pura, del tipo de la de un niño de dos años, que se puede pasar horas preguntándote ¿por  qué?¿por qué? ¿por qué? hasta la saciedad, SACIEDAD, que soy madre y sé de lo que hablo.

En el Tantra Planetario, solo aprendes a jugar, JUGAR, y quien tenga niños o esté en contacto con ellos sabrá de lo que hablo. Jugar es vivir, jugar es sentir la vida, jugar es aprender a sentir, jugar es vivir. Lamentablemente, la narrativa que guía a esta sociedad no contempla el juego entre las actividades «recomendables» para los adultos, pero sí para los niños, aunque no se los deje jugar sino que se los tenga atados a tareas escolares y extraescolares más importantes socialmente que cualquier acción espontánea del niño.

En el turno de Kali, aprendo sobre este aspecto alquímico tan intrínseco a mí que lo refleja mi nombre. Y !qué maravillosos es! Hoy me siento como una gota de Rocío, está claro.

RG

La Visión sofiánica vs. la mente del psicópata

1 de KaliMa’16

43. Habéis oído que se ha dicho: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.

44. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced el bien a los que os aborrecen y orad por aquellos que os ultrajan y os persiguen.

Evangelio según Mateo 5: 43-44

¡La mente del psicópata se ha ido forjando a lo largo de los milenios!

Este párrafo pertenece al evangelio según san Mateo, el apóstol que sustituyó a Judas. Un judío que ejercía como publicano: agente del Imperio romano encargado de recaudar los impuestos a la vez de exigir más que lo estipulado, o sea, un ladrón de su propia comunidad, un inhumano en toda regla. Seguir leyendo La Visión sofiánica vs. la mente del psicópata

¿Dónde estoy?

Hace casi cuatro años cree un blog que nunca llegó a pasar de esta entrada y otra. Hoy la he recogido aquí, pues era el punto de partida de un intento de exponer las cuestiones que llevaba dentro por aquel entonces. Aquí sigue vigente.


Nunca se sabe bien por qué hacemos esto o aquello otro. Lo cierto es que existe en mí una necesidad de expresar dónde estoy, como una cuestión imposible de realizar desde el principio. ¡No hay intención de ser nada desde aquí!

No se trata de poner por escrito, de un modo rígido, periódico y cerrado, las cuestiones que me acontecen en el día a día, eso me llevaría a lugares que no quiero visitar.

Dosis pequeñas, sin periodo, dejando que la sincronicidad encuentre un sentido específico, particular, único, abierto, sin orden aparente, y cercano (¡hoy!) al concepto que Gilles Deleuze y Felix Guattari exponen en Rizoma, introducción de su obra «Mil mesetas»: Seguir leyendo ¿Dónde estoy?