Revolución erótica

Dejamos un vídeo (y parte de su texto) que hemos encontrado en Sexualidad Creativa.

¡Que aproveche!

Alejandra Quintero: psicóloga, sexóloga, presentadora en varios programas sobre sexualidad, activista colombiana y gran mujer.

“( …)La idea es que ustedes puedan empezar a cuestionarse a si mismos, en nuestra primera revolución sobre nosotros mismos. Bastante ya se ha dicho de la posición, del Estado, del Gobierno, del capitalismo, del imperialismo, etc. Yo les digo a ustedes, queridos hombres, queridas mujeres, la real revolución es revolucionarnos a nosotros mismos. La Iglesia, ya se ha dicho bastante sobre la necesidad de independizarnos de ella y también del Estado y también del capitalismo y de cualquier otra forma de discurso opresor sobre los cuerpos. Cuestionemos esos discursos, pero luego de cuestionarlos, cuestionemos nuestras propias dictaduras eróticas, porque somos primero nosotros de quien nos tenemos que liberar. Les invito a que descubran sus propias cadenas y dejen de estar mirando las cadenas de los demás,  las cadena de la Iglesia,  las cadena del Estado y la del capitalismo y de cualquier otro discurso opresor, que suena para mí, bastante cliché realmente. Liberémonos de nosotros mismos (…)

Esta es una revolución para la reivindicación del placer, para la reivindicación de la libertad y de los cuerpos gozosos. Porque el placer liberador es una vivencia de los cuerpos soberanos y los seres emancipados. Cuando dicen que es una defensa del placer por el placer es una trivialización de la Revolución Erótica. Aquí no estamos para masturbar a la masa ni masturbar a la gente, vamos a masturbar nuestros propios prejuicios para poderlos expulsar como un gran polvo que sale hacia fuera. Nos vamos a quitar todos esos prejuicios y toda esa mierda que nos hemos comido. Porque todo cuerpo es legítimo. La Revolución Erótica, realmente es una revolución del cuerpo, que debe ser ética. Es una revolución que inicialmente propone que seamos inmorales, porque en la inmoralidad está la única posibilidad de desarrollo social. Si siguiéramos todas las costumbres jamás hubiéramos evolucionado (o involucionado) como sociedad. El primer paso es que seamos inmorales, para luego ser amorales y que no nos impongan ningún tipo de moral, que no nos impongan ningún tipo de forma sobre qué es bueno y qué es malo. Necesitamos una transvaloración de todos los valores. Necesitamos resignificar a qué llamamos bueno y a qué llamamos malo. Porque nos han dicho que lo malo es lo natural, que lo malo es el cuerpo, que lo malo es la sexualidad y que  lo malo es el placer. Yo me pregunto ¿será acaso eso malo o será el discurso de los enfermos, que creen que vivir bueno es malo? Allá otros con sus sacrificios, pero la Revolución Erótica es mi revolución de los cuerpos gozosos y felices.

Y luego de ser amorales, les invito, a que una vez destruida cualquier forma de moral, morales religiosas, morales políticas o estatales, morales de los sistemas económicos, morales pedagógicas, porque la pedagogía, bajo los sistemas de calidad de competencia, también nos mete en un embutidido tremendamente estandarizador; después de ser amorales, les invito a que sean éticos. Porque es una revolución de la ética, una revolución donde nosotros mismos nos obedecemos a nosotros mismos. Es una revolución para la afirmación de nosotros mismos, no para la negación de nosotros como nos han enseñado. De ahí la hipocresía y la doble moral, porque nos han impuesto una moral que es antinatural y que es opresora, por eso seamos amorales, para que seamos éticos. Una ética del cuidado de uno mismo, de amor propio, con seres que se afirman a si mismos porque es una ética dialógica, es una ética que implica el diálogo con el otro, una ética de la integridad y la otredad.

Y luego de ser éticos y de que hagamos juicios éticos sobre los cuerpos y sobre las sexualidades, les invito a que seamos estéticos.  Que no solo estemos valorando el cuerpo y la sexualidad como bueno o malo, sino como algo bello. Pasemos de lo ético a lo estético, para sentir. Porque la ética la podemos pensar pero la estética la sentimos. Necesitamos sentir los cuerpos y a veces dejarlos de pensar tanto. Lo sentimos desde lo estético, lo sentimos desde lo bello y lo sentimos desde lo poético.

Y luego de lo estético, les invito a que hagamos valoraciones sagradas del cuerpo, a que pasemos a una mística, a la mística del erotismo. Porque el erotismo es sagrado. Para que comprendamos que un cuerpo, no solamente es bueno, no solamente es bello, sino que un cuerpo también es sagrado. Entendamos que el amor, no solamente es bueno, no solamente es bello, sino que también es sagrado. Es una revolución mística (no estoy hablando de religión, aclaro).

Es una Revolución mística, estética, poética, ética,  pelética y peluda (risas). Es una revolución que se baila, es una revolución de los cuerpos que gozan. Por lo tanto yo no les estoy invitando a la guerra, no los estoy invitando a empuñar un arma, ni a oprimir al oprimido, o a oprimir al opresor, que es lo que nos han enseñado a algunas mujeres, “ay los hombres nos han oprimido nos han violentado, todos contra los hombres”. Jamás les invito a ello, les invito a darle una flor y un poema que resulta ser más subversivo que un golpe opresor. El opresor oprime porque tiene opresión en su corazón. Por lo tanto hay que liberar al opresor, hay que sembrarle las semillas del Eros. Porque el Eros y el erotismo, no son tetas ni culos, ni penetraciones, ni eyaculaciones, el Eros es el amor y la vida. Somos colombianos y colombianas, estamos en la tierra caracterizada por la sangre y por la muerte, por el Tánatos; los invito, en esta tierra del Tánatos, a sembrar Eros. Porque donde ha habido tanta muerte, es el territorio más fertil para sembrar vida.

En esta revolución no hay militantes, aquí no hay ejército de la revolución Erótica compañero, no. Aquí lo que hay son jardineros. Sembremos semillas de Eros, sembremos semillas de amor y de vida en la tierra del Tánatos. Por lo tanto, si les gusta esta Revolución Erótica, jamás digan que son militántes de la Revolución Erótica, practicantes podría ser, pero mejor, somos jardineros, somos bailarinas, una revolución que no se baila, que no se goza y que no se ríe no puede ser una revolución. Vamos a sembrar amor y vida en medio de tanta guerra, esa guerra que nos oprime a nosotras las mujeres y en la que los hombres también son víctimas.

Y por último, les hago una gran pregunta, a los espíritus libres les quiero hacer una pregunta. Digo yo, me pregunto ¿donde están los espíritus libres amorosos? No solo debemos entender el amor, el cuerpo y la vida como algo éticamente bueno, como algo estéticamente bello, el amor, el cuerpo y la vida también son místicamente sagrados. El amor auténtico, libre, edificante y humano es una experiencia ética, estética y mística. ¿Donde están los espíritus libres que aman éticamente? ¿Dónde están los espíritus libres que aman estéticamente? ¿Dónde están los espíritus libres que aman místicamente? ¿Dónde están los espíritus libres que están más allá del bien y del mal y que han podido librarse de su peor enemigo, el Ego?”