Dime qué te preguntas te haces y te diré quién eres.
Es cierto que lo que somos (lo que pensamos, lo que hacemos e incluso lo que sentimos) viene condicionado por las preguntas que nos hemos hecho desde nuestra infancia. Veo cómo esas preguntas, en cada uno de nosotros, circundan alrededor de ciertos temas «favoritos». Es como que algo nos empuja a cada uno a hacernos unas preguntas concretas relacionadas con uno o varios temas, y al otro le llaman otro tipo de preguntas. Para mí esas preguntas tienen mucho que ver con los talentos innatos de cada animal humano. Cada uno de nosotros disfrutamos de un impresionante bagaje que mostrar a los demás directamente condicionado por aquellas cuestiones que hemos manejado en nuestra psique particular.
No son categorizables, ellas no entienden de eso. Es imposible decir cuáles son mejores, cuáles son más valiosas. Todas nacen de un impulso natural que nos guía y por tanto resultan necesarias para uno de nosotros y también para los demás. Tampoco se someten a ninguna enseñanza o dogma, cultura o religión, son libres. No las tranquilizamos con los libros, los libros no nos aportan una respuesta que nos satisfaga. Solamente necesitan que las dejemos tranquilas para que, con el paso del tiempo, maduren y tengan el gusto (su necesidad) de dar luz a aquellos temas que nos definen, nos describen, o mejor dicho que aportan sabiduría a la cualidad de nuestra definición.
Estas preguntas son las que nos dan el arropo necesario para entablar cierta dialéctica con los demás. No vale opinar sobre cualquier cosa, sobre todo si no te has hecho ninguna pregunta sobre lo que quieres opinar. No vale pretender saber de todo, no vale la mera improvisación de aquél que quiere ser alguien a costa de todo y de los demás. No admito ese comportamiento inaceptable. No admito la opinión vacía, la opinión improvisada, la opinión de «yo también sé de lo que hablo», la opinión destructiva, la opinión simple, … pues todas ellas solamente aportan desconcierto y desvarío, nada concreto y todo disperso. Es como que si nunca te has preguntado nada sobre lo que se está exponiendo, simplemente escucha y déjate llevar por la belleza de la innovación que se te ofrece, no distorsiones aquello que no te has preguntado, déjalo que siga su camino y mira qué te aporta.
Puede parecer que esta entrada es excluyente, pero nada más lejos de mi intención. Se trata de que seamos capaces de aportar lo que somos (en construcción) a los demás desde la honestidad y transparencia para que los otros puedan ahondar con la mayor claridad en lo que nuestras preguntas nos han mostrado. Es la exposición de la sabiduría particular en los demás con el único ánimo de su exploración, siempre a nivel transpersonal, nunca encaminado a ser alguien más que otro, siempre con la guía del placer.
También he observado que no hay ninguna prisa, pues el proceso es muy lento al tiempo que placentero, nada se precipita. Aquí podría citar aquel principio alquímico que dice: «En todas tus operaciones permite que tu Trabajo sea guiado por la naturaleza, según la lenta progresión de los metales en las entrañas de la Tierra. Y en tus esfuerzos déjate guiar en todos los caminos por la verdadera y no por la fantástica imaginación».
Te muestro las preguntas que me hago y me dirás quien soy. ?
JM