Me gusta imaginar que en el animal humano existen varios tipos de impulsos: por un lado están los actos reflejos, un fantástico mecanismo muy útil para realizar algunas tareas sin pensar y además de un modo instantáneo; por otro lado disponemos de otros impulsos que nos guían a esos lugares desconocidos donde quedamos expuestos; la transparencia nos lanza allí, a ese lugar. Éstos no son tan rápidos como los primeros, pero sí igualmente inevitables, no podemos tomar decisiones sobre ellos.
Solamente dos preguntas:
- ¿El deseo sexual es un impulso?
- Si es así, ¿qué daño ha sufrido el animal humano para estar empeñado en impedir una cuestión inevitable?
JM TK