Cuando las tinieblas nos sorprenden

Es fácil caer en un estado de enganche cuando un acontecimiento concreto nos sorprende, sobre todo si es desagradable y duele por algo en concreto. Es fácil encontrar justificaciones que traigan consuelo a nuestro dolor, provocado por el patrón de normas que utilizamos en esta sociedad tan desviada de lo natural. Incluso, en ocasiones, vivimos acontecimientos que nos llevan a experimentar ese estado de consuelo demasiado tiempo.

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Y también es cierto que si somos capaces de mover la forma concreta de interpretar nuestra realidad, incluso inventando situaciones poco racionales, podemos tener ese tipo de experiencias que nos interesa, aquellas que nos aportan bienestar completo; el cuerpo actúa como brújula y nos guía en este juego mágico en el que lo inventado se transforma en imaginado.

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JM

14-16 de Shodashi’16, primer turno.


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