La gota de Rocío viene con Kali

 

Comienzo con esta canción. Escuchadla para preparar el cuerpo para lo que viene…

He de reconocer que me encanta incluir música con mis entradas. La verdad es que no sé si me encanta a mí o es a ella a quien le encanta. Me refiero a la música, claro. Esto de aprender a vivir de manera transpersonal es algo muy nuevo y bello para mí.

Algunos pueden preguntarse: ¿Qué es eso de la vida transpersonal? Cuando hablaba de que no estaba segura de si había sido yo quien había elegido la música o la música me había elegido a mí, esto es exactamente lo que sucede en la vida transpersonal. La fusión con el más-allá-a-de-tí-mismo se hace tan evidente que te rindes a él. Y entonces aparece una nueva forma de vivir, en la que lo espontáneo toma vida, la inocencia recupera su verdadero estatus en la naturaleza humana y fluye la gota de Rocío, el elixir de la vida.

No he podido evitar la tentación de buscar la etimología de mi nombre, Rocío, que aparece en esta sublime melodía de Silvio Rodríguez, a quien le debo el traspaso de elixir de sabiduría musical. Pero lo que me ha cautivado es la raíz indoeuropea de mi nombre: -ers, o sea, fluir. Aquí la tenéis.

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«Existe una misteriosa relación en el rocío que refleja un secreto de la alquimia. Esta agua de la primavera que se recoge es también el “fuego de la naturaleza” que cocina las semillas en la tierra, haciendo surgir la verdesencia e imbuyendo vida a las plantas». Dice Alejandro Martínez Gallardo en El antiguo arte alquímico de recolectar el rocío.

También dice este ensayo: «El rocío –que ya hemos visto es también “el fuego secreto de la naturaleza”– parece ser un elemento importante, al menos para algunos alquimistas, para obtener este “espíritu salino” con el cual se pueden realizar las operaciones maravilosas de la ciencia oculta. En varios sentidos el rocío recuerda a un líquido divino o a una sustancia que confiere la divinidad o los atributos de lo celeste. Recoger el rocío –la gota de aire condensado, una perla de Indra o un glóbulo de icor– en cierta forma podría ser una técnica más sutil para robar el fuego de los dioses».

Y sigue….«En la Tabla Esmeralda, el texto atribuido a Hermes Trimegisto, según la tradición el padre de la alquimia, se lee: “Su padre es el Sol, y su madre la Luna, el Viento lo llevó en su vientre, y su nodriza es la Tierra”. Al parecer esto se refiere al espíritu universal que los alquimistas tratan de obtener, después de que la materia se ha vuelto más densa, algo que podríamos identificar con un ocultamiento de lo sutil en lo denso. Este viaje simbólico del espíritu puede también relacionarse con el proceso del rocío que podemos decir es el resultado de la energía del Sol y la Luna, y es llevado por el viento, hasta la Tierra donde recibe los minerales»

«…la idea fundamental de la filosofía hermética de que el universo entero con sus estrellas y galaxias se refleja en la tierra, cabe incluso en una gota de rocío. Una gota de rocío es un orbe de perfección, potencia pura en su transparecia luminosa. Una perla del universo, pequeño mundo. Una perla del collar que refleja todas las perlas en cada una». «Para los alquimistas, el proceso de individuación representado por el opus era una analogía de la creación del mundo”, escribió Carl Jung. En cierta forma el rocío representa una forma individual que recapitula la creación del mundo».

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Después de todo esto, solo puedo añadir una (o varias) cosas. Siempre me ha gustado mi nombre, pero nunca hasta ahora he investigado su significado. La vida transpersonal es tan inocente que te lleva directamente al por qué de las cosas y eso es inteligencia pura, del tipo de la de un niño de dos años, que se puede pasar horas preguntándote ¿por  qué?¿por qué? ¿por qué? hasta la saciedad, SACIEDAD, que soy madre y sé de lo que hablo.

En el Tantra Planetario, solo aprendes a jugar, JUGAR, y quien tenga niños o esté en contacto con ellos sabrá de lo que hablo. Jugar es vivir, jugar es sentir la vida, jugar es aprender a sentir, jugar es vivir. Lamentablemente, la narrativa que guía a esta sociedad no contempla el juego entre las actividades «recomendables» para los adultos, pero sí para los niños, aunque no se los deje jugar sino que se los tenga atados a tareas escolares y extraescolares más importantes socialmente que cualquier acción espontánea del niño.

En el turno de Kali, aprendo sobre este aspecto alquímico tan intrínseco a mí que lo refleja mi nombre. Y !qué maravillosos es! Hoy me siento como una gota de Rocío, está claro.

RG