Existe un mecanismo natural que, bien afinado, es una auténtica maravilla.
Sucede que durante el día nos llegan muchas imágenes. Lo normal es que se ajusten a lo que hacemos de un modo rutinario todos los días, de modo automático, pero hay otras que suelen ser aquellas creadas por nosotros desde el anhelo, desde la escasez.
Normalmente, éstas últimas suelen venir de aquellas necesidades naturales no satisfechas, enquistadas en lo más íntimo de nuestra existencia. Esto nos puede ocasionar muchos conflictos internos y, por ende, con todo lo que nos rodea, pero, si se consigue afinar lo suficiente, esas mismas imágenes se transforman mágicamente de tal modo que nos llevan inevitablemente a las ganas de vivir. ¡Esas imágenes se curan durante la noche!
JM TK