Javier Krahe, un aedo contemporáneo

Ya han pasado más de 6 meses que murió nuestro amigo Javier Krahe. Desde que lo descubrimos siempre nos ha acompañado y hoy me siento con la necesidad de darle el reconocimiento a su valentía, gracia y creatividad.

Hemos disfrutado mucho de la mezcla mágica de sus composiciones: su alquimia personal de música y letra, su poesía cantada. Durante sus últimos años lo estuvimos disfrutando sabiendo que su música iba dirigida a la Musa, que su función fue como la de aquellos aedos que componían y cantaban la sabiduría que emanaba a través de ellos desde lo sobrentural, desde la misma Musa. Sabíamos que estábamos disfrutando de un auténtico aedo contemporáneo.

Javier Krahe

Reconocer su autenticidad, su valentía, su herejía,… es absolutamente necesario. ¿Quién se atreve a hablar de Javier Krahe sin sentir cierto respeto sagrado, sin reconocer esa conexión con la vida que tan necesaria se hace en estos tiempo de escasez? Su vida es un gran ejemplo de un maestro que, sin decirlo, marcaba una dirección por dónde investigar y experimentar. Siempre fue una brisa fresca e inspiradora.

Solamente hacer, por último, un brindis por la belleza de la historia que amaba, un testimonio actual de autenticidad.

Javier Krahe 2

Agua de la fuente

JM

PD: En palabras de Bernabé Tierno (también fallecido el mismo mes del mismo año), auténtico es aquél que dice lo que piensa y hace lo que dice.


No puedo más que unirme al reconocimiento de la sensatez, la cordura, la espontaneidad, la frescura del amigo Krahe, cuya voz a veces me resuena a algo muy conectado con la masculinidad sagrada. !Hay tantas líneas del Krahe que podría citar!

RG

 

Javier Krahe

Tranquilo puedo vivir mi historia
sabiendo que a las puertas de la gloria,
mi nariz no se asoma.

El hecho es que para mí no existe un dios, al menos no un dios operativo. A ver si tomamos las riendas de lo nuestro, porque los que estamos aquí somos nosotros y debemos decidir, no va a venir dios a decirnos nada.

Y el fin del mundo ya, ya está al caer, y lo mismo nos da. Y es un placer. Javier Krahe

Pero sigo el curso del día tras día
y de los delirios de la anatomía.

Los creyentes creen por vagancia, sí. No veo otro motivo. No entiendo cómo alguien puede necesitar un pastor. No se les ocurre ningún alivio para entender la vida, y dicen: “Que me lo den hecho, me voy a creer lo que me digan”. Yo digo: la doctrina que viene de fuera, de otro, ¿por qué tengo que aceptarla yo? ¿Por qué creer lo que te dicen otros? Además, que lo que te dicen es: “Como esta vida es insatisfactoria, te voy a ofrecer otra vida satisfactoria, pero cuando ya no estés”. ¡Pues vaya negocio!

¿Religión y mujer? “Las mujeres siguen siendo lo que más me inspira. De cada diez letras, ocho suelen hablar de relaciones amorosas y dejo el veinte por ciento restante para política, economía, filosofía, geometría…”

El poder te necesita trabajando y por eso las religiones sacralizan el trabajo. La religión dice que el trabajo es sagrado y el llamado pueblo se lo cree.