Es cierto que la autoexigencia nos hace la puñeta siempre que aparece. ¡Eso no tiene discusión!
Lo que quiero traer aquí es un tipo de autoexigencia especialmente insidiosa que se encarga de hacernos responsables de aquellos proyectos que emprendemos en la vida y que nos trascienden, que va más allá de nuestra existencia en este entorno. Y claro, el resultado, en este caso, es que se nos puede colar cierta responsabilidad autoexigente que nos aprieta donde debería haber vitalidad, alegría y disfrute. Y es más, me atrevería a decir que cuanto «mayor» sea el proyecto, más excusas encontramos para autoexigirnos y dejar nuestra vida de lado.
Parece como que existe algo que nos impide experimentar con mesura lo bello. Lo cierto es que no lo sé, pero desde luego que sí tiene un cierto tufillo a jcibu.
Si fuera una cantante, me pido a la Buika, toda una Kálika (y encima rima!). Evidentemente, hay varias razones por las que la elijo. Reúne algunas de mis cualidades y le pone voz y música. ¿Qué cualidades? Esa mujer valiente y a la vez vulnerable, fundida con el Duende andaluz, de mi tierra, amante de la sonoridad de las palabras, y de la alquimia de las lenguas y del inglés que siempre me cautivó. La alquimia de la música y las palabras que yo siento fluir en mí.
Hace unos días Kamala me susurró al oído: «en la traducción desarrollas la alquimia de las palabras», muy bajito, casi no la oía, sutil como un suave soplo de brisa de mar. Y sentí un placer sexual, intenso, ese que deben sentir los niños cuando juegan o les cuentas una historia, ese que sienten mis hijas cuando se sumergen en la expresión extática verbal de su yo más profundo, de su esencia. Ese que siento yo cuando traduzco, cuando paseo por la naturaleza, cuando miro las estrellas o sumerjo mis pies en el agua fresca de un río, cuando lloro y suelto mi angustia, cuando comparto el sexo, cuando disfruto con mis alumnos y me lleno de sus miradas……La alquimia de la vida, las emociones, las personas, las palabras, las palabras.
Buika dice: «There’s an exodus of love»(Hay un éxodo de amor), «walk away from the mad man»(aléjate de los locos), «I do not want to follow rules»(No quiero seguir normas),»They keep talking about prophets and losses, but they don’t talk about the love of us»(No paran de hablar de profetas y pérdidas, pero no hablan de nuestro amor),»They say that paradise is a far way land, I was in Holy Ground when you took me in your arms»(Dicen que el paraíso es una tierra muy lejana, yo estuve en tierra sagrada cuando me abrazaste)….
Y la música sigue sellando mi pacto con la vida y la narración. En el día 29 de este ciclo lunar casi monotemático (la brecha o guerra de géneros), se abre la puerta al éxodo de amor. Ya está bien de jodernos la vida, ya lo hemos visto, lo hemos sentido, el dolor del cuento siempre contado, la historia de amor imposible, la angustia asegurada, el desamor temprano, el desamor. Todo es material, la reconciliación de sexos también, todo es material.
En el penúltimo día del ciclo de Kamala, me repito la Norma de la Psique de mi amigo John Lash ( y mía): La belleza de la historia que amas se ajusta y genera el poder para vivirla».En inglés, que me suena genial es: «The beauty of the story you love matches and generates the power to live it»
En la finalización de Kamala, llega el éxodo de amor, el éxodo de los guerreros desafiantes, el éxodo de los hombres y las mujeres en búsqueda de su reconciliación. Una reconciliación que solo puede llegar mediante la acción, las palabras, el erotismo de la unión sexual, el tacto, el cobijo, la violencia sagrada, la verdad, el éxodo de amor.
Quisiera plantear un escenario experimental que a nadie mate, ni agreda, ni ofenda. Es posible que este experimento pueda hacer saltar de la silla a algún animal humano con necesidades imperiosas de salud sexual, cosa que desafortunadamente es muy abundante en estos momentos de la historia de la humanidad.
Se trata de plantear tres escenarios cuya gestión requiere del uso del baile de la Nous. El planteamiento inicial nace de la premisa (axioma) de que la adicción es una cuestión que nos puede enseñar mucho y no ese concepto que existe en la mente colectiva: algo que provoca la muerte, la marginación social y el desprecio de todo aquel que se vea tristemente empoderado por el cliché social. Seguir leyendo Tres escenarios, un experimento→
Lo bueno de seguirle el rastro a las sensaciones es que se aprecian cada día con más claridad. Dentro de la cuestión del sexo, un día me hice estas preguntas:
¿Por qué los hombres sentimos algo parecido a la vergüenza y las mujeres aprecian una cierta repulsión o asco por el Lingam?
¿Ése es realmente nuestros instinto natural?
¿Podemos hacer algo para manejar este término dentro de un contexto sano?
Hace ya casi dos semanas que estamos experimentando la reconciliación de los sexos, o lo que es lo mismo, la reconciliación de la brecha de género que Sophia produjo durante su caída desde el Pléroma (núcleo galáctico), rasgando la plantilla genómica del Antropos depositada en el espacio exterior.
Durante estos días del mes de Kamala han sucedido muchos acontecimientos, entre ellos la traducción de una serie de entrevistas de Suzane Toro a John Lash. Esta entrada solamente tiene por objetivo apuntar a estas entrevistas por su gran valor o aporte.
“y volaremos alto donde las nubes van despacio, despacio va mi boca sobre tu cuerpo, tan lento que quizás se pare el tiempo”
No habrá nadie en el mundo. Concha Buika
Hoy he traducido, he sentido el placer que me aporta la reconexión con la sabiduría del planeta, a través de esas cosas que cuenta el amigo John Lash y que yo cada vez estoy más convencida de que yo también las siento y las he sentido toda mi vida.
Y la reconexión ¿con qué? Bien, hoy he estado reconectándome con la “pareja sagrada”, con los orígenes de nuestra especie y con la verdadera naturaleza del hombre y la mujer. John habla de muchas cuestiones interesantes en esta entrevista con Suzanne Toro. El tema fundamental de la entrevista tiene que ver con la curación de la Brecha de Géneros, esa guerra asquerosamente dolorosa que vivimos los hombres y las mujeres de este planeta y que rompe completamente el vínculo de placer que nos une y que, dado el caso de restaurarlo, arrasaría con muchos de los problemas que sufrimos día a día en lo más profundo de nuestra existencia.
John habla de una de las dolencias fundamentales de las relaciones entre hombres y mujeres de hoy en día y es la codependencia. Le pedimos al otro que satisfaga nuestras necesidades y eso es tremendamente enfermo (!además de extenuante!). En realidad, hay una única necesidad que existe entre un hombre y una mujer (dice John, y yo también), UNA SOLA NECESIDAD que compartimos y deberíamos buscar en el otro, una sola: la necesidad del tacto.
“Tocar” (touch en inglés, que a mí personalmente me suena muy bien,!me encanta el inglés!).
Sin embargo hay una palabra que prefiero a “tocar” en español y es caricia. Empecemos por la etimología de la palabra “caricia”.
Es interesante señalar que “caricia” viene de la raiz indoeuropea ka- (“desear”). ¿Y si miramos la etimología de desear?
Todo esto parece apuntar a que, si queremos resolver la guerra de sexos, tenemos que mirar al cielo. ¿Y qué pasa cuando miramos al cielo? Bien, suceden muchas cosas, obviamente pero, yendo al grano, cuando miras el cielo, honras el vínculo sagrado con el cosmos, dejas a un lado tus preocupaciones narcisistas y abres el camino a una visión transpersonal de tu existencia. De manera más específica y en relación con el tema que nos ocupa, la guerra de sexos y la curación de la brecha entre hombres y mujeres, cuando miras al cielo te despojas de los condicionamientos sociales, culturales impuestos a tu rol de hombre o mujer y dejas entrar al tercer elemento de la relación entre los sexos. La relación entre el hombre y la mujer se convierte en un trío. Y ese tercer elemento transpersonal que nosotros llamamos “el nos” actúa como principio curativo, como mediador de conflictos.
Ni el hombre ni la mujer son el santuario, no hay ritos orquestados y ninguno de ambos han de ser tomados por divinos, al menos no del modo en que mi instinto destella, donde se hacen las plegarias sexuales es en el mismo acto y quien se atreve a tan divina y rara fusión, al instante se renueva.
Sierra de Líbar. John Lamb Lash (traducido por Rocío Gómez)
Formulando de otro modo la conocida frase «Como es adentro es fuera» (que aparece en Kybalión, un tratado esotérico cuya fuente se asocia a Hermes Trismegisto), hace que se mueva algo distinto dentro de mí. Si la miramos al revés, «Como es fuera es adentro», parece que tiene cierta dinámica interesante.
Por ejemplo, en el reconocimiento de todo lo que hace nuestra pareja (hablo en primera persona), desde fuera se ve un acto verdadero de amor a la vida. Ella demuestra continuamente, día a día, el amor que tiene a lo vivo, a su vida, a sus crías, a su entorno más próximo. Estos hechos, que demuestra cada día (fuera), me llevan a conocer lo que lleva en su interior (adentro). Seguir leyendo Como es adentro es fuera, ¡O no!→
Sophia, durante su caída desde el Pléroma (nuestro núcleo galáctico), rasgó la plantilla genómica del Antropos depositada en la Nebulosa de Orión (M42). Este acontecimiento produjo la separación de los sexos, conocida en muchas culturas ancestrales.
El Mito de Gaia explica que, antes de nuestra aparición en la Tierra, ya existía el proyecto de nuestra humanidad en el patrón del Antropos como
«un enorme campo de humedad parecido a una tela de araña. Rocío plasmático saturado de humedad dónde está depositado el plasma genómico. Algunas partes del plasma en la Nebulosa de Orión están íntegras y otran estás rasgadas. Podéis imaginarlo como un trozo de muselina o un delicado chal de seda. Imaginaros que esa muselina, o ese chal, extendidos por encima de un árbol sin hojas, pero hay lugares donde la muselina se ha rasgado por los extremos y cuelga del árbol…»(1)
Lo cierto es que el tiempo medido en segundos me deja un poco fuera de juego. Pensando un poco…, ¿cuántas emociones, sensaciones o imágenes pueden pasar por el cuerpo de un animal humano sano en un segundo? ¿Cómo se puede medir el instante en el que ocurre una sensación? Pues no creo que sea una cuestión sencilla de investigar, pero desde el día en que pensé en milisegundos la cosa parecía estar más clara.
Observé que 15 minutos son casi un millón de milisegundos. ¡Un millón de milisegundos esperando ser testigos de una imagen, de una caricia, de una sensación cargada de presente, pasado e incluso, bien afinada, de futuro!
El animal humano atraviesa por un momento difícil en la historia de su identidad. Es bastante común echar una mirada tanto a nuestros familiares y amigos como a nosotros mismos y, contemplar en muchas ocasiones una gran disonancia entre los deseos y necesidades personales reales, nacidas de la fascinación inocente más íntima, y los deberes y obligaciones institucionales camuflados de las más altas aspiraciones. Seguir leyendo Cantando al animal humano→
¿Y qué decir de la plaga emocional? Pues es el capítulo 12 del libro Análisis del carácter de Wilhelm Reich.
Wilhelm Reich fue médico, miembro de la Asociación Psicoanalítica, estudiante de neuropsiquiatría, asistente en el Policlínico vienés dirigido por Freud y un psicoanalista que se alejó de la burguesía para trabajar con las clases obreras.
Poco a poco se va aclarando el escenario títere que nos plantea esta novela basura que se podría llamar abrahamismo: el escenario absurdo de tres de las religiones más importantes del planeta (jci). Y si a esta estafa manifiesta le añadimos la farsa que el Budismo desempeña con la «otra opción», nos encontramos con el término jcibu, o también dicho jcibuuuuuuuu, que descarga un montón. Es como un rito mágico donde aglutinas mucha mierda y te ríes de ella. Seguir leyendo Un nivel moral más alto→
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