El papel de la «andaluza» en el amor cortés

Mis traducciones recientemente me han llevado de viaje por el amor cortés, la lírica provenzal, los trovadores, Francia, Andalucía y de vuelta, cómo no, a mi trovador contemporáneo favorito: Javier Krahe.

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Para empezar por el comienzo de mi periplo, quiero introducir los últimos dos ensayos que he traducido de John Lash de su apasionante serie sobre la Historia Alternativa del Grial:

Amor Sagrado, Luz Sagrada y La fe encarnada y próximamente El cuento de la guirnalda mágica, que promete y mucho. Aquí los podéis encontrar.

Me encantó leer esto en Amor Sagrado, Luz Sagrada: «¿Existió entonces algo así como una colisión fortuita del devocionismo oriental-árabe centrado en Sophia con la tradición teléstica de los Misterios sofiánicos que se habían refugiado en las islas occidentales? En cualquier caso, el escenario del enlace fue la España morisca, en particular Andalucía. La época fue el siglo VII». Andalucía, mi tierra, juega un importante papel en la fusión oriente-occidente. También descubro en este mismo ensayo que fue en Andalucía donde se escribió el primer romance caballeresco, Antar. El mismo Ezra Pound, ferviente amante y traductor al inglés de la lírica trovadoresca dice: “Y Poitiers, sabéis, Guillermo de Poitiers había traído la canción desde España, con sus cantantes y sus velos”. Guillermo de Poitiers dicen que fue el creador de la lírica provenzal.

Y leyendo y leyendo, descubro que Cádiz (antigua Gades) llegó a a ser la puerta que unió Occidente con Oriente. Por esta puerta entrarían nuevos elementos y costumbres, uno de ellos sin duda fue la «prostitución sagrada», una noción que puede resultar algo extraña a la mentalidad moderna tan contaminada e impregnada de los valores que ha impuesto el Judeocristianismo. El hieros gamos era una especie de unión sagrada o contacto carnal con la divinidad.

Unidas a esta línea pagana aparecen las famosas «puellae gaditanae» o «muchachas de Gades», (s. II a.C.)  cuya primera mención la tenemos en Estrabón que las describe como parte del contingente expedicionario que un marino griego natural de Cizyco llamado Euxodos se llevó desde Cádiz para sus travesías.

Marcial es el poeta romano que más constancia escrita ha dejado de estas bailarinas. Juvenal también hace referencia a ellas detallando que en sus bailes iban descendiendo hacia el suelo hasta tocarlo, cosa muy aplaudida por la plebe. Otros autores constatan que las gaditanas (léase las autóctonas de Al-Andalus) además cultivaban la poesía lírica antes de la era cristiana.

Y termino este pequeño periplo con mi amado Javier Krahe, tocayo de mi guerrero:

RG en refinamiento con Kurukulla (diciembre 2016)