Archivo de la categoría: Memoria

Artículos de recuperación de la memoria sexual ancestral.

El reconocimiento de los guerreros

En una sociedad dirigida por cobardes empedernidos, dónde las cuestiones mundanas son simulacros de la verdadera libertad, se hace necesario el autorreconocimiento como guerrero, con todo lo que este término implica, y al mismo tiempo el reconocimiento en los mismos términos de aquellos con los que convivimos. ¿Qué hace un guerrero sin una guerrera a su lado? ¿Qué hace un guerrero si no se rodea de guerreros? ¿Qué hace un guerrero solo en este mundo tan maravilloso que necesita ser explorado, expresado y vivido?

Es un placer sentir la existencia desde este punto de vista, innecesario en otro contexto social. El sentimiento de que tus actos vayan dirigidos a la mejora de la cualidad humana (seguramente a través de su descripción), de que tus acciones vayan dirigidas al reconocimiento de los talentos que todos tenemos y a apreciar a la belleza que todos somos capaces de expresar, sentir y vivir, esa sensación es de lo más placentera y dinamizadora. Mueve algo dentro de mí, dentro de todos, un motor de cambio interior que se expresa inevitablemente hacia fuera. Contagia y se multiplica. No el personaje que vivimos sino la expresión y la descripción de ese personaje, reconociendo lo que fluye a través de él: ¡La fuerza de la vida! ¡La fuerza que sostiene la vida! Ishtar, Demeter, Aniruddha, Prithivi, Spandarmat, Mujer Araña, Sthevara, Asteroth, Arianrhod, Ariadne, Ceridwen, Rhea,  Bhudevi, Kore, Magna Mater, Gaia, Sophia… ¡La Naturaleza sensible!

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¡Existe otra historia que vivir!

El Buda histórico, Shakyamuni, dio dos enseñanzas: una escrita, que se convirtió en el Budismo (bu), una pandilla de castradores patriarcales al igual que sus amiguitos los patriarcas abrahámicos del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam (jci); la otra enseñanza la dio solamente oral. El texto de abajo de Glenn H. Mullin en Budas femeninas(*) ejemplifica esto último.

El sistema originalmente se enseñaba a petición del rey Indrabhuti [quien] explicaba al Buda que necesitaba una técnica especial, porque su labor de rey lo mantenía muy ocupado llevando los asuntos de estado y, a consecuencia de ello, el único tiempo que le quedaba para su meditación era cuando hacía el amor con sus mujeres. Buda se rió, se manifestó como Vajradhara y le transmitió el Guhyasamaya. Puesto que Ananda [el primo de Buda que estaba presente] no era lo suficientemente maduro como para escuchar la enseñanza, Buda y su séquito, así como Indrabhuti y otros destinatarios, realizaron un cambio en su forma y se reunieron dentro del órgano sexual de la principal Buda femenina del Mandala Guhyasamaya. Esta enseñanza se llama “Reunión Secreta” por el lugar donde tiene lugar.

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Shakyamuni realizando el mudra de «tocar la tierra» (a Gaia), momento en el que recibió su iluminación.

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De oruga a mariposa: la noche oscura del alma

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Nos acercamos al solsticio de invierno, el día de menos luz del año. Justo en este momento atravieso por un proceso intenso de oscuridad (algunos lo llaman «La noche oscura del alma»). ¿Cómo lo quiero llamar yo? Desde luego, noche oscura del ama suena quizás demasiado tétrico, prefiero denominarlo «de oruga a mariposa», ahora que comienzo a entender el proceso de transformación que estoy experimentando.

Yule y Yuletide, al igual que la «Festividad de yalda» (una fiesta invernal iraní), son términos arcaicos indoeuropeos usados para referirse a la tradición antigua que observa los cambios naturales causados por la rotación de la tierra alrededor del sol y sus efectos en la cosecha alimenticia durante el solsticio de invierno. El solsticio de invierno marca el momento de las noches más largas del año; el sol parece estar a punto de extinguirse. Este periodo dura doce noches, desde el 25 de diciembre hasta el 6 de enero. Según la tradición, en este tiempo los reinos de los vivos y los muertos entran en comunicación. Encontramos este motivo mítico en los celtas, los griegos, los germanos y los indios védicos. Pero, lejos de significar un tiempo de oscuridad, los antepasados de los europeos lo celebraban como anuncio indudable del próximo retorno del Sol y del renacimiento de la vida que no muere bajo el frío invernal.

Desde luego, me he sentido tambalear, mi sostén se deshacía bajo mis pies y ya no sabía dónde pisar, !todo un desmayo al que no me dejaba caer! He impuesto una resistencia debido a mi relativa ignorancia del proceso natural que se produce en esta época del año y a mi incapacidad para  gestionar mis emociones en consecuencia . Sin duda, el estudio de la astronomía me ha mantenido con el rumbo fijo y me ha ayudado a atravesar esta aventura excepcional que aún no ha terminado. Pero si ahora miro mis pies ya veo dónde piso, veo mi sostén, el mito que amo que es la Tierra y que en mí se expresa  a través de la comprensión y la narración de las verdaderas inspiraciones que guían a la humanidad a sus más altos logros a largo plazo. Desde luego, el cielo es una de esas grandes inspiraciones de la humanidad, siempre lo ha sido. Y nuestras tradiciones más ancestrales han estado muy ligadas al cielo y a los árboles, que nos conectan con el cielo.

M. Chabot dice que “en los tiempos paganos, en las fiestas de Jul, celebradas a finales de diciembre en honor del retorno de la Tierra hacia el Sol, se plantaba ante la casa un abeto del que colgaban antorchas y cintas de colores” (La nuit de Noël dans tous les pays, Pithiviers, 1907). Pero el árbol no aparece sólo en la tradición germánica: gracias a Virgilio sabemos que en Roma, durante el periodo de las saturnalias, se colgaba en la plaza pública un árbol cargado de juguetes.

Nos hallamos aquí en presencia de otro elemento inseparable de la mentalidad mítica europea: el árbol como símbolo sagrado, como eje o pilar del mundo; un árbol que para los celtas era una encina o un roble, un fresno para los escandinavos (el famoso fresno Yggdrasill) y un tilo para los germanos. El árbol, con su impresionante estructura, sus hojas, su tronco y sus raíces, es una representación del cosmos y de su organización; pone en contacto los diferentes niveles del mundo (el cielo, la superficie y el reino subterráneo); une el presente, el pasado y el futuro, y liga al hombre con su linaje y su devenir. Vínculo de lo continuo y lo discontinuo, representa la vida que nunca acaba y por eso es símbolo de la regeneración perpetua de la vida. Exactamente del mismo modo que el solsticio de invierno da testimonio del renacimiento eterno del sol.

Y con todo este trasfondo natural, me encuentro yo, un único y singular animal humano en medio del inmenso movimiento del cosmos y, en este momento de máxima oscuridad, el sentimiento de pequeñez y vulnerabilidad se hace más grande, más patente, más notable. Y esa sensación de vulnerabilidad, de muerte momentánea trae consigo un nuevo renacer, un flujo continuo de vida tras la muerte y una corriente de regeneración, de deshecho de valores inútiles, de revisión y reafirmación de lo único, lo verdadero, lo perdurable y lo real. ¿Y cuál es la verdad de todo esto? Bien, igual que la oruga se retrae hacia adentro siguiendo su propio impulso natural para, sin siquiera saberlo, transformarse en una mariposa, yo me he escondido en mi crisálida de soledad y oscuridad para coger el impulso necesario hacia una nueva realidad que reaparece a partir del solsticio de invierno con el nacimiento del sol.

RG

Recetas Mágicas para la mansedumbre

La observación profunda, constante y sincera es una de las mejores armas de las que disponemos para luchar por nuestras vidas en estos tiempos que corren. Hay momentos en los que es demasiado fácil sentirse desbordado ante unos horarios contrarios a nuestras necesidades, un sistema de competición y agresividad depredadora extendido hasta la vida en pareja, unos trabajos en los que o se desgasta al cuerpo en la obra o se lo atrofia en la oficina, unos estímulos mediáticos completamente alejados de los intereses de la especie… en fin, esto es el JCIBu señores.

En estos momentos en los que el substrato psíquico formado a base de los catecismos del JCIBu alimenta la sensación corporal de sentirse abusado transformándola en una neurosis sadomasoquista, la psique es especialmente vulnerable al ataque de la plaga emocional (hablando en los términos del señor Reich) y a sucumbir a la culpabilidad, autocompasión flagelante, etc. Es demasiado fácil continuar en este bucle en el que incluso tus propias estratagemas y argucias para disolverlo, eludirlo, romperlo, girarlo, pisarlo y abstraerlo están tan contaminadas como uno mismo, y por tanto no sólo son inútiles sino que también te hacen perderte aún más en él. Lo que permite la observación es que te facilita identificar pensamientos que desembocan en sentimientos de mansedumbre, amparados en ciertos catecismos. Pero ¿cuales son dichos catecismos sobre los que se asienta la base de la moral judeocristiana? Claramente no sean todos, pero los «Diez Mandamientos» me parecen el mejor ejemplo de catecismos explícitos por los que empezar ¡Esto tiene miga! Seguir leyendo Recetas Mágicas para la mansedumbre

Tres magníficas entrevistas sobre la brecha de género

Hace ya casi dos semanas que estamos experimentando la reconciliación de los sexos, o lo que es lo mismo, la reconciliación de la brecha de género que Sophia produjo durante su caída desde el Pléroma (núcleo galáctico), rasgando la plantilla genómica del Antropos depositada en el espacio exterior.

Durante estos días del mes de Kamala han sucedido muchos acontecimientos, entre ellos la traducción de una serie de entrevistas de Suzane Toro a John Lash. Esta entrada solamente tiene por objetivo apuntar a estas entrevistas por su gran valor o aporte.

Espero que sean de tu agrado y disfrute.

JM

Las estrellas curan la guerra de sexos en Kamala

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“y volaremos alto donde las nubes van despacio,
despacio va mi boca sobre tu cuerpo,
tan lento que quizás se pare el tiempo”

No habrá nadie en el mundo. Concha Buika

Hoy he traducido, he sentido el placer que me aporta la reconexión con la sabiduría del planeta, a través de esas cosas que cuenta el amigo John Lash y que yo cada vez estoy más convencida de que yo también las siento y las he sentido toda mi vida.

Y la reconexión ¿con qué? Bien, hoy he estado reconectándome con la “pareja sagrada”, con los orígenes de nuestra especie y con la verdadera naturaleza del hombre y la mujer. John habla de muchas cuestiones interesantes en esta entrevista con Suzanne Toro. El tema fundamental de la entrevista tiene que ver con la curación de la Brecha de Géneros, esa guerra asquerosamente dolorosa que vivimos los hombres y las mujeres de este planeta y que rompe completamente el vínculo de placer que nos une y que, dado el caso de restaurarlo, arrasaría con muchos de los problemas que sufrimos día a día en lo más profundo de nuestra existencia.

John habla de una de las dolencias fundamentales de las relaciones entre hombres y mujeres de hoy en día y es la codependencia. Le pedimos al otro que satisfaga nuestras necesidades y eso es tremendamente enfermo (!además de extenuante!). En realidad, hay una única necesidad que existe entre un hombre y una mujer (dice John, y yo también), UNA SOLA NECESIDAD que compartimos y deberíamos buscar en el otro, una sola: la necesidad del tacto.
“Tocar” (touch en inglés, que a mí personalmente me suena muy bien,!me encanta el inglés!).
Sin embargo hay una palabra que prefiero a “tocar” en español y es caricia. Empecemos por la etimología de la palabra “caricia”.
Es interesante señalar que “caricia” viene de la raiz indoeuropea ka- (“desear”). ¿Y si miramos la etimología de desear?

Todo esto parece apuntar a que, si queremos resolver la guerra de sexos, tenemos que mirar al cielo. ¿Y qué pasa cuando miramos al cielo? Bien, suceden muchas cosas, obviamente pero, yendo al grano, cuando miras el cielo, honras el vínculo sagrado con el cosmos, dejas a un lado tus preocupaciones narcisistas y abres el camino a una visión transpersonal de tu existencia. De manera más específica y en relación con el tema que nos ocupa, la guerra de sexos y la curación de la brecha entre hombres y mujeres, cuando miras al cielo te despojas de los condicionamientos sociales, culturales impuestos a tu rol de hombre o mujer y dejas entrar al tercer elemento de la relación entre los sexos. La relación entre el hombre y la mujer se convierte en un trío. Y ese tercer elemento transpersonal que nosotros llamamos “el nos” actúa como principio curativo, como mediador de conflictos.

Ni el hombre ni la mujer son el santuario,
no hay ritos orquestados y ninguno de ambos han de ser tomados por divinos,
al menos no del modo en que mi instinto destella, donde se hacen las plegarias sexuales
es en el mismo acto y quien se atreve a tan
divina y rara fusión, al instante se renueva.

Sierra de Líbar. John Lamb Lash (traducido por Rocío Gómez)

RG

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La Nous es un baile

La Nous o inteligencia divina (la única que existe y que nosotros «leemos»), desde el punto de vista gnóstico, es una combinación, permutación o mezcla de varias partes, la alquimia de esas partes:

  • la Dianoia: la razón.
  • la Metanoia: la capacidad de pensar (o de ir) más allá de nuestra infraestructura convencional de percepción o de creencias.
  • la Epinoia: la verdadera imaginación, sostenida y equilibrada por el resto de las demás partes. Así, la epinoia también equilibra al resto.
  • la Ennoia: la intencionalidad, la lente del propósito abierto o, como últimamente me gusta pensarla, el Intento.

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Dos historias y una herejía

«Ialdabaoth (el Demiurgo) eligió a un cierto hombre llamado Abraham entre todas las naciones e hizo un pacto con él: si su semilla continuaba sirviéndole, los Arcontes le entregarían la tierra como herencia. Después, por medio de Moises, Ialdabaoth sacó de Egipto a los descendientes de Abraham y les dio la ley y los hizo judíos».

Ireneo en Contra las herejías
Libro I,  capítulo 30,  sección 10


«La belleza de la historia que amas se ajusta y genera el poder para vivirla»

La Norma de la Psique, Tantra gaiano
9 de octubre de 2015


Aunque la interpretación etimológica de herejía, empleada en el enlace anterior, no es muy afortunada, sí se puede ver que viene del griego hairein (escoger) y del sufijo -ia (acción), esto es, la acción de escoger, de elegir, de ejercer la soberanía de ser uno mismo en las circunstancias que se te presenten, libremente, sin imposiciones absurdas.

Queda claro que somos herejes y que elegimos vivir en el segundo escenario, donde  nuestra imaginación cree «la belleza de la historia» que amamos.

RJ y JM

Epinoia: la verdadera imaginación

En todas tus operaciones permite que tu Trabajo sea guiado por la naturaleza, según la lenta progresión de los metales en las entrañas de la Tierra. Y en tus esfuerzos déjate guiar en todos los caminos por la verdadera y no por la fantástica imaginación.

Regla alquímica
Principio maestro de la Gran Obra

Para ejemplificar la diferencia entre la verdadera imaginación (epinoia) y la fantástica imaginación, dejo abajo la traducción comentada y puesta en contexto (que JLL hace en su ensayo La intercesión chrística) de unos párrafos sobre el origen del mundo escritos en Contra las herejías por Ireneo de Lyon, un personaje que propagó y fundamentó la ideología salvacionista.

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La plaga emocional

¿Y qué decir de la plaga emocional? Pues es el capítulo 12 del libro Análisis del carácter de Wilhelm Reich.

Wilhelm Reich fue médico, miembro de la Asociación Psicoanalítica, estudiante de neuropsiquiatría, asistente en el Policlínico vienés dirigido por Freud y un psicoanalista que se alejó de la burguesía para trabajar con las clases obreras.

Reich y Neill
Wilhelm Reich (izqda) con su amigo A. S. Neill

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La belleza en Sodashi sabe a olivo

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¡La belleza en Sodashi sabe a tantas cosas! A mi me sabe a flamenco, a mis raíces, a mi tierra, repito, a mi TIERRA, esa que siento cuando escucho esta canción. Esa tierra con la que me siento cada vez más conectada, esa que ya responde a mis llamadas.

Curiosamente la canción habla de olivos y es que la tierra que vio mi amanecer es Martos (Jaén), mi pueblo rodeado de olivos, olivos,  olivos. Cierto que siempre odié el paisaje arcóntico del monocultivo marteño pero he logrado reconciliarme con el árbol que me vio nacer, ese con el que siempre tendré un vínculo especial. ¿Cuántas cosas contarían los olivos marteños, secretos intactos bajo las ramas pesadas, cargadas de aceitunas, semillas de elixir dorado? Secretos confesables y quizás otros no tanto.

El tono de esta canción y su sentimiento enlazan con las  sensaciones  que me acompañaron en mi despedida de Martos. Ahora es distinto, muy distinto.

Como dice la canción de Buika:
Hermosa era la tarde
Cuando entre los olivos,
Nadie vio como yo a ti te quise
Como te quiero
Hoy los olivos duermen Y yo no duermo

RG

https://www.youtube.com/watch?v=pgQBlPgdzY0

Un recuerdo de mujer

 

Prostituta sagrada

«Hace mucho tiempo, en Sumeria, en Mesopotamia, en Egipto y en Grecia, no existían burdeles ni prostíbulos. Existían en su lugar losTemplos de las Prostitutas Sagradas. En dichos templos, los hombres eran purificados y no mancillados, se restauraba la moralidad en lugar de profanarla, y la sexualidad no estaba pervertida, sino que era sagrada. Seguir leyendo Un recuerdo de mujer