Archivo de la categoría: Memoria

Artículos de recuperación de la memoria sexual ancestral.

La revolución sexual

Hace unos días terminé de leer este libro, La revolución sexual de Wilhelm Reich. Si bien todo el libro es un tratado científico que desarrolla datos y más datos sobre las condiciones de la economía sexual o la ausencia de economía sexual en la sociedad, esta obra de Reich toca en lo más profundo las raíces del caos de la vida social del siglo XX y merece especial mención el último capítulo (que añado a continuación por si queréis quedaros con la esencia del libro) donde Reich arroja los fundamentos para una sociedad sexualmente más libre y sana.

Reich con su hijo

He señalado en negrita quizás los párrafos donde identifico las ideas clave que, para mí, resuelven gran parte de los conflictos sexuales-vitales que hacen de nuestra vida en sociedad una prisión de la que solo queda el anhelo por escapar. Y Reich muestra la llave al menos para abrir nuestras mentes a una salida de esa prisión.

Desde Metahistoria, recomendamos ferviertemente no solo la lectura, sino la puesta en práctica a modo experimental de las ideas de Reich. La trascendencia de los antiguos paradigmas no solamente se puede hacer mediante la trascendencia de las ideas, eso sería un trabajo intelectualmente limitante del que ya estamos hartos y que abunda de más en las nuevas corrientes de la Nueva Era. Si el cuerpo no sigue a la trascendencia intelectual, seguiremos encerrados en los confines de nuestro narcisismo ideológico y nada de lo que Reich dice se podrá realizar mediante la acción. A un buen pensamiento le ha de seguir una buena acción guiada por un buen sentimiento (y utilizo «bueno» en el sentido de eficaz). Las ideas aisladas solo son nubes vacías que flotan en la autoobsesión por la glorificación de uno mismo, ni más ni menos.

RG sintonizando con Miss Piggy (Vajrayogini), julio 2016 Seguir leyendo La revolución sexual

La función del orgasmo

Abajo dejo la introducción de La función del orgasmo de Wilhelm Reich. He elegido una foto en la que se muestra su aspecto científico, un verdadero científico que supo llevar los descomunales ataques a su obra y persona (proporcionales a las verdades que mostró) hasta su muerte en una cárcel de EE. UU.

¡Que os sea de provecho y, por supuesto, de disfrute!

JM

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Pues solo en la entrega el amor merece su nombre

Este poema pertenece a la colección Refuge for the Unborn («Refugio para los no nacidos) de mi amigo John Lash. Mi traducción la dedico al autor, a JM y a todos los hombres y mujeres  repletos de verdadero amor y valor.

RG

Unknown

                                                                               El beso. Rodin

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Los científicos se disputan ¿una flor?

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El otro día me dio por investigar el tema del clítoris con profundidad, ya sabéis, la historia, lo que dicen los eruditos, al menos en internet.

Una se encuentra con este tipo de comentarios:

1)»Las investigaciones sobre el clítoris son bastante recientes, tanto que fue hace apenas 16 años cuando se confirmó cientificamente su estructura y tamaño verdaderos»

2)»Y ¿quién descubrió el clítoris?
El profesor de anatomía y cirujano Mateo Realdo Colombo se atribuyó su descubrimiento en el año 1559, dijo que lo encontró en el cuerpo de su mecenas y lo llamó “placer de Venus”. Luego llegó Gabriel Fallopius y dijo que “nanai”, que fue él quien lo descubrió. Pero al final Kasper Bartholin, en el siglo XVII dijo que el clítoris era conocido por los anatomistas desde el siglo II a. C. Quien sabe, la cosa es que ‘el río ya empezaba a sonar’.»

“La literatura médica nos dice la verdad acerca de nuestro desprecio por las mujeres. Durante tres siglos, hay miles de referencias a la cirugía del pene, nada sobre el clítoris, a excepción de algunos tipos de cáncer o la dermatología-y nada para restaurar su sensibilidad. La mera existencia de un órgano de placer es negado, por razones médicas. En los libros de anatomía  de los cirujanos solo se encuentran un par de páginas. Hay una verdadera escisión intelectual” (Dr. Foldès)

Bien, después de leer estas cosas, una mujer como yo se pregunta:¿Es que las mujeres en la historia nunca han sabido lo que tenían ahí abajo? La respuesta evidentemente es POR SUPUESTO QUE SÍ. Yo misma, en mi infancia, a pesar del secretismo en torno al sexo lo descubrí sin que ni siquiera nadie me apuntara dónde ir. Seguir leyendo Los científicos se disputan ¿una flor?

Javier Krahe, un aedo contemporáneo

Ya han pasado más de 6 meses que murió nuestro amigo Javier Krahe. Desde que lo descubrimos siempre nos ha acompañado y hoy me siento con la necesidad de darle el reconocimiento a su valentía, gracia y creatividad.

Hemos disfrutado mucho de la mezcla mágica de sus composiciones: su alquimia personal de música y letra, su poesía cantada. Durante sus últimos años lo estuvimos disfrutando sabiendo que su música iba dirigida a la Musa, que su función fue como la de aquellos aedos que componían y cantaban la sabiduría que emanaba a través de ellos desde lo sobrentural, desde la misma Musa. Sabíamos que estábamos disfrutando de un auténtico aedo contemporáneo.

Javier Krahe Seguir leyendo Javier Krahe, un aedo contemporáneo

De oruga a mariposa: la noche oscura del alma

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Nos acercamos al solsticio de invierno, el día de menos luz del año. Justo en este momento atravieso por un proceso intenso de oscuridad (algunos lo llaman «La noche oscura del alma»). ¿Cómo lo quiero llamar yo? Desde luego, noche oscura del ama suena quizás demasiado tétrico, prefiero denominarlo «de oruga a mariposa», ahora que comienzo a entender el proceso de transformación que estoy experimentando.

Yule y Yuletide, al igual que la «Festividad de yalda» (una fiesta invernal iraní), son términos arcaicos indoeuropeos usados para referirse a la tradición antigua que observa los cambios naturales causados por la rotación de la tierra alrededor del sol y sus efectos en la cosecha alimenticia durante el solsticio de invierno. El solsticio de invierno marca el momento de las noches más largas del año; el sol parece estar a punto de extinguirse. Este periodo dura doce noches, desde el 25 de diciembre hasta el 6 de enero. Según la tradición, en este tiempo los reinos de los vivos y los muertos entran en comunicación. Encontramos este motivo mítico en los celtas, los griegos, los germanos y los indios védicos. Pero, lejos de significar un tiempo de oscuridad, los antepasados de los europeos lo celebraban como anuncio indudable del próximo retorno del Sol y del renacimiento de la vida que no muere bajo el frío invernal.

Desde luego, me he sentido tambalear, mi sostén se deshacía bajo mis pies y ya no sabía dónde pisar, !todo un desmayo al que no me dejaba caer! He impuesto una resistencia debido a mi relativa ignorancia del proceso natural que se produce en esta época del año y a mi incapacidad para  gestionar mis emociones en consecuencia . Sin duda, el estudio de la astronomía me ha mantenido con el rumbo fijo y me ha ayudado a atravesar esta aventura excepcional que aún no ha terminado. Pero si ahora miro mis pies ya veo dónde piso, veo mi sostén, el mito que amo que es la Tierra y que en mí se expresa  a través de la comprensión y la narración de las verdaderas inspiraciones que guían a la humanidad a sus más altos logros a largo plazo. Desde luego, el cielo es una de esas grandes inspiraciones de la humanidad, siempre lo ha sido. Y nuestras tradiciones más ancestrales han estado muy ligadas al cielo y a los árboles, que nos conectan con el cielo.

M. Chabot dice que “en los tiempos paganos, en las fiestas de Jul, celebradas a finales de diciembre en honor del retorno de la Tierra hacia el Sol, se plantaba ante la casa un abeto del que colgaban antorchas y cintas de colores” (La nuit de Noël dans tous les pays, Pithiviers, 1907). Pero el árbol no aparece sólo en la tradición germánica: gracias a Virgilio sabemos que en Roma, durante el periodo de las saturnalias, se colgaba en la plaza pública un árbol cargado de juguetes.

Nos hallamos aquí en presencia de otro elemento inseparable de la mentalidad mítica europea: el árbol como símbolo sagrado, como eje o pilar del mundo; un árbol que para los celtas era una encina o un roble, un fresno para los escandinavos (el famoso fresno Yggdrasill) y un tilo para los germanos. El árbol, con su impresionante estructura, sus hojas, su tronco y sus raíces, es una representación del cosmos y de su organización; pone en contacto los diferentes niveles del mundo (el cielo, la superficie y el reino subterráneo); une el presente, el pasado y el futuro, y liga al hombre con su linaje y su devenir. Vínculo de lo continuo y lo discontinuo, representa la vida que nunca acaba y por eso es símbolo de la regeneración perpetua de la vida. Exactamente del mismo modo que el solsticio de invierno da testimonio del renacimiento eterno del sol.

Y con todo este trasfondo natural, me encuentro yo, un único y singular animal humano en medio del inmenso movimiento del cosmos y, en este momento de máxima oscuridad, el sentimiento de pequeñez y vulnerabilidad se hace más grande, más patente, más notable. Y esa sensación de vulnerabilidad, de muerte momentánea trae consigo un nuevo renacer, un flujo continuo de vida tras la muerte y una corriente de regeneración, de deshecho de valores inútiles, de revisión y reafirmación de lo único, lo verdadero, lo perdurable y lo real. ¿Y cuál es la verdad de todo esto? Bien, igual que la oruga se retrae hacia adentro siguiendo su propio impulso natural para, sin siquiera saberlo, transformarse en una mariposa, yo me he escondido en mi crisálida de soledad y oscuridad para coger el impulso necesario hacia una nueva realidad que reaparece a partir del solsticio de invierno con el nacimiento del sol.

RG

Las estrellas curan la guerra de sexos en Kamala

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“y volaremos alto donde las nubes van despacio,
despacio va mi boca sobre tu cuerpo,
tan lento que quizás se pare el tiempo”

No habrá nadie en el mundo. Concha Buika

Hoy he traducido, he sentido el placer que me aporta la reconexión con la sabiduría del planeta, a través de esas cosas que cuenta el amigo John Lash y que yo cada vez estoy más convencida de que yo también las siento y las he sentido toda mi vida.

Y la reconexión ¿con qué? Bien, hoy he estado reconectándome con la “pareja sagrada”, con los orígenes de nuestra especie y con la verdadera naturaleza del hombre y la mujer. John habla de muchas cuestiones interesantes en esta entrevista con Suzanne Toro. El tema fundamental de la entrevista tiene que ver con la curación de la Brecha de Géneros, esa guerra asquerosamente dolorosa que vivimos los hombres y las mujeres de este planeta y que rompe completamente el vínculo de placer que nos une y que, dado el caso de restaurarlo, arrasaría con muchos de los problemas que sufrimos día a día en lo más profundo de nuestra existencia.

John habla de una de las dolencias fundamentales de las relaciones entre hombres y mujeres de hoy en día y es la codependencia. Le pedimos al otro que satisfaga nuestras necesidades y eso es tremendamente enfermo (!además de extenuante!). En realidad, hay una única necesidad que existe entre un hombre y una mujer (dice John, y yo también), UNA SOLA NECESIDAD que compartimos y deberíamos buscar en el otro, una sola: la necesidad del tacto.
“Tocar” (touch en inglés, que a mí personalmente me suena muy bien,!me encanta el inglés!).
Sin embargo hay una palabra que prefiero a “tocar” en español y es caricia. Empecemos por la etimología de la palabra “caricia”.
Es interesante señalar que “caricia” viene de la raiz indoeuropea ka- (“desear”). ¿Y si miramos la etimología de desear?

Todo esto parece apuntar a que, si queremos resolver la guerra de sexos, tenemos que mirar al cielo. ¿Y qué pasa cuando miramos al cielo? Bien, suceden muchas cosas, obviamente pero, yendo al grano, cuando miras el cielo, honras el vínculo sagrado con el cosmos, dejas a un lado tus preocupaciones narcisistas y abres el camino a una visión transpersonal de tu existencia. De manera más específica y en relación con el tema que nos ocupa, la guerra de sexos y la curación de la brecha entre hombres y mujeres, cuando miras al cielo te despojas de los condicionamientos sociales, culturales impuestos a tu rol de hombre o mujer y dejas entrar al tercer elemento de la relación entre los sexos. La relación entre el hombre y la mujer se convierte en un trío. Y ese tercer elemento transpersonal que nosotros llamamos “el nos” actúa como principio curativo, como mediador de conflictos.

Ni el hombre ni la mujer son el santuario,
no hay ritos orquestados y ninguno de ambos han de ser tomados por divinos,
al menos no del modo en que mi instinto destella, donde se hacen las plegarias sexuales
es en el mismo acto y quien se atreve a tan
divina y rara fusión, al instante se renueva.

Sierra de Líbar. John Lamb Lash (traducido por Rocío Gómez)

RG

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La belleza en Sodashi sabe a olivo

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¡La belleza en Sodashi sabe a tantas cosas! A mi me sabe a flamenco, a mis raíces, a mi tierra, repito, a mi TIERRA, esa que siento cuando escucho esta canción. Esa tierra con la que me siento cada vez más conectada, esa que ya responde a mis llamadas.

Curiosamente la canción habla de olivos y es que la tierra que vio mi amanecer es Martos (Jaén), mi pueblo rodeado de olivos, olivos,  olivos. Cierto que siempre odié el paisaje arcóntico del monocultivo marteño pero he logrado reconciliarme con el árbol que me vio nacer, ese con el que siempre tendré un vínculo especial. ¿Cuántas cosas contarían los olivos marteños, secretos intactos bajo las ramas pesadas, cargadas de aceitunas, semillas de elixir dorado? Secretos confesables y quizás otros no tanto.

El tono de esta canción y su sentimiento enlazan con las  sensaciones  que me acompañaron en mi despedida de Martos. Ahora es distinto, muy distinto.

Como dice la canción de Buika:
Hermosa era la tarde
Cuando entre los olivos,
Nadie vio como yo a ti te quise
Como te quiero
Hoy los olivos duermen Y yo no duermo

RG

Lilith, la sombra de Eva

En nueva-acropolis.es

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Lilith, aquella que surgió al mismo tiempo que Adán de las manos del Creador es, según el mito, una criatura espontánea y libre, de fascinante belleza, que posteriormente se convirtió en un ente maléfico, en un ser de la oscuridad pero que, en todo caso, guarda en sí, como símbolo, un sentido que la emparenta con la Gran Madre de las civilizaciones antiguas, sobre todo en su aspecto tenebroso. Seguir leyendo Lilith, la sombra de Eva

Estudios de género


IMÁGENES Y SEXUALIDAD FEMENINA DESDE ÉPOCA ARCAICA

Artículo en galeno.com

 

Estudios de género 1

MARTÍN-CANO ABREU, F. B. 053 – (2002, 2005, 2006, 2008, 2009): Imágenes y sexualidad femenina desde época arcaica en diversas culturas. Simposio La Imagen del Sexo en la Antigüedad, Instituto de Historia del CSIC, Fundación La Caixa y Editorial Tusquets, marzo (Actas en prensa). Editado en parte (6.500 caracteres) por Seda en octubre 06. Editado por C. A. Sotomayor Demuth, en periódico chileno El Ciudadano, en nov. 2009. Editado por António Correia el 23 Nov 2008 en Lista archport, mensaje Nº 04816, Universidade de Coimbra.

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Hetera, el arquetipo de nuestra energía erótica

Mary Judith Ress (Uruguay)

Revista Venezolana de Estudios de la Mujer v.12 n.29 Caracas dic. 2007

Artículo en www.scielo.org.ve

RESUMEN

El texto presenta una reflexión sobre la sexualidad femenina y la energía de la que emana a partir de la mitología, que sirve de base para dilucidar los esquemas ideológicos con que la cultura patriarcal la ha disciplinado. No sorprende que a través de todas las culturas la sexualidad haya estado sujeta a los efectos controladores de los rituales y tabúes. La relación agnóstica de la mujer con su cuerpo es el resultado de negar las áreas más profundas y secretas. Hoy día estamos convencidas que nada puede cambiar mientras devaluemos lo femenino, denigremos del cuerpo y no creamos en el universo sagrado. Después de todo, no es sexo lo que somos, sino algo más profundo. La tarea es aceptar el cuerpo como espiritual y la sexualidad y el amor erótico como disciplinas espirituales.

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