Archivo de la categoría: Reconexión

Chinnamasta me susurra la música para su finalización

Chinnamasta comienza su finalización mañana. Desde temprano por la mañana hemos podido dedicarnos a la observación atenta de nuestras emociones en un rito de finalización. He cerrado el rito con música y quiero compartirla.

Incluyo las traducciones que he realizado de las letras al inglés para ciertos amigos de habla inglesa que sé que las disfrutarán.

RG

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Pues solo en la entrega el amor merece su nombre

Este poema pertenece a la colección Refuge for the Unborn («Refugio para los no nacidos) de mi amigo John Lash. Mi traducción la dedico al autor, a JM y a todos los hombres y mujeres  repletos de verdadero amor y valor.

RG

Unknown

                                                                               El beso. Rodin

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El misterio de la traducción

Encontrarme con la obra de John Lamb Lash ha sido todo un regalo. John entró a mi casa a través  de Not in His Image. Jamás había traducido nada, soy filóloga, no traductora, pero soy la única persona que hablo inglés en casa y sentía una necesidad muy profunda de compartir el mensaje que estaba recibiendo. Al mismo tiempo, me di cuenta de que traducir se había convertido en todo un misterio para mí.

Siempre he encontrado la religión judeocristiana bastante macabra. Desde niña, me preguntaba qué pintaba yo en las iglesia rodeada de imágenes tan violentas, me daba miedo toda esa imaginería de hombres clavados a una cruz, sangre y clavos ¡con una corona de espinas! Esas imágenes impactan mucho en la psique de un niño, dejan una huella muy profunda de pánico, miedo, mucho miedo. Seguir leyendo El misterio de la traducción

¡Nuestro primer cording!

Hoy hemos hecho nuestro primer cording. El octubre pasado estuvimos en Gaucín y John nos llevó a una encina cerca de su casa y nos instruyó en la técnica que él usa cuando realiza sus cordings. Como sabréis los que seguís su trabajo, John usa esta técnica como una forma de magia interactiva con Gaia. Consiste en poner una intención concreta mientras se realiza el cording y, cuando se corta la fibra de material natural, la intención es liberada a la mente de Gaia, allí queda y se va madurando, construyendo. Nosotros hemos usado lana, pero se podría usar alpaca, algodón, seda, …

Lo hemos pasado muy bien y nos ha resultado de gran belleza. La espontaneidad es uno de los requisitos, la belleza del caos, su resultado. Desde nuestro salón podemos disfrutar de la belleza natural que expresa la espontaneidad necesaria para su elaboración.

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Cording 16-02-14 b

JM y RG

Los científicos se disputan ¿una flor?

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El otro día me dio por investigar el tema del clítoris con profundidad, ya sabéis, la historia, lo que dicen los eruditos, al menos en internet.

Una se encuentra con este tipo de comentarios:

1)»Las investigaciones sobre el clítoris son bastante recientes, tanto que fue hace apenas 16 años cuando se confirmó cientificamente su estructura y tamaño verdaderos»

2)»Y ¿quién descubrió el clítoris?
El profesor de anatomía y cirujano Mateo Realdo Colombo se atribuyó su descubrimiento en el año 1559, dijo que lo encontró en el cuerpo de su mecenas y lo llamó “placer de Venus”. Luego llegó Gabriel Fallopius y dijo que “nanai”, que fue él quien lo descubrió. Pero al final Kasper Bartholin, en el siglo XVII dijo que el clítoris era conocido por los anatomistas desde el siglo II a. C. Quien sabe, la cosa es que ‘el río ya empezaba a sonar’.»

“La literatura médica nos dice la verdad acerca de nuestro desprecio por las mujeres. Durante tres siglos, hay miles de referencias a la cirugía del pene, nada sobre el clítoris, a excepción de algunos tipos de cáncer o la dermatología-y nada para restaurar su sensibilidad. La mera existencia de un órgano de placer es negado, por razones médicas. En los libros de anatomía  de los cirujanos solo se encuentran un par de páginas. Hay una verdadera escisión intelectual” (Dr. Foldès)

Bien, después de leer estas cosas, una mujer como yo se pregunta:¿Es que las mujeres en la historia nunca han sabido lo que tenían ahí abajo? La respuesta evidentemente es POR SUPUESTO QUE SÍ. Yo misma, en mi infancia, a pesar del secretismo en torno al sexo lo descubrí sin que ni siquiera nadie me apuntara dónde ir. Seguir leyendo Los científicos se disputan ¿una flor?

La gota de Rocío viene con Kali

 

Comienzo con esta canción. Escuchadla para preparar el cuerpo para lo que viene…

He de reconocer que me encanta incluir música con mis entradas. La verdad es que no sé si me encanta a mí o es a ella a quien le encanta. Me refiero a la música, claro. Esto de aprender a vivir de manera transpersonal es algo muy nuevo y bello para mí.

Algunos pueden preguntarse: ¿Qué es eso de la vida transpersonal? Cuando hablaba de que no estaba segura de si había sido yo quien había elegido la música o la música me había elegido a mí, esto es exactamente lo que sucede en la vida transpersonal. La fusión con el más-allá-a-de-tí-mismo se hace tan evidente que te rindes a él. Y entonces aparece una nueva forma de vivir, en la que lo espontáneo toma vida, la inocencia recupera su verdadero estatus en la naturaleza humana y fluye la gota de Rocío, el elixir de la vida.

No he podido evitar la tentación de buscar la etimología de mi nombre, Rocío, que aparece en esta sublime melodía de Silvio Rodríguez, a quien le debo el traspaso de elixir de sabiduría musical. Pero lo que me ha cautivado es la raíz indoeuropea de mi nombre: -ers, o sea, fluir. Aquí la tenéis.

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«Existe una misteriosa relación en el rocío que refleja un secreto de la alquimia. Esta agua de la primavera que se recoge es también el “fuego de la naturaleza” que cocina las semillas en la tierra, haciendo surgir la verdesencia e imbuyendo vida a las plantas». Dice Alejandro Martínez Gallardo en El antiguo arte alquímico de recolectar el rocío.

También dice este ensayo: «El rocío –que ya hemos visto es también “el fuego secreto de la naturaleza”– parece ser un elemento importante, al menos para algunos alquimistas, para obtener este “espíritu salino” con el cual se pueden realizar las operaciones maravilosas de la ciencia oculta. En varios sentidos el rocío recuerda a un líquido divino o a una sustancia que confiere la divinidad o los atributos de lo celeste. Recoger el rocío –la gota de aire condensado, una perla de Indra o un glóbulo de icor– en cierta forma podría ser una técnica más sutil para robar el fuego de los dioses».

Y sigue….«En la Tabla Esmeralda, el texto atribuido a Hermes Trimegisto, según la tradición el padre de la alquimia, se lee: “Su padre es el Sol, y su madre la Luna, el Viento lo llevó en su vientre, y su nodriza es la Tierra”. Al parecer esto se refiere al espíritu universal que los alquimistas tratan de obtener, después de que la materia se ha vuelto más densa, algo que podríamos identificar con un ocultamiento de lo sutil en lo denso. Este viaje simbólico del espíritu puede también relacionarse con el proceso del rocío que podemos decir es el resultado de la energía del Sol y la Luna, y es llevado por el viento, hasta la Tierra donde recibe los minerales»

«…la idea fundamental de la filosofía hermética de que el universo entero con sus estrellas y galaxias se refleja en la tierra, cabe incluso en una gota de rocío. Una gota de rocío es un orbe de perfección, potencia pura en su transparecia luminosa. Una perla del universo, pequeño mundo. Una perla del collar que refleja todas las perlas en cada una». «Para los alquimistas, el proceso de individuación representado por el opus era una analogía de la creación del mundo”, escribió Carl Jung. En cierta forma el rocío representa una forma individual que recapitula la creación del mundo».

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Después de todo esto, solo puedo añadir una (o varias) cosas. Siempre me ha gustado mi nombre, pero nunca hasta ahora he investigado su significado. La vida transpersonal es tan inocente que te lleva directamente al por qué de las cosas y eso es inteligencia pura, del tipo de la de un niño de dos años, que se puede pasar horas preguntándote ¿por  qué?¿por qué? ¿por qué? hasta la saciedad, SACIEDAD, que soy madre y sé de lo que hablo.

En el Tantra Planetario, solo aprendes a jugar, JUGAR, y quien tenga niños o esté en contacto con ellos sabrá de lo que hablo. Jugar es vivir, jugar es sentir la vida, jugar es aprender a sentir, jugar es vivir. Lamentablemente, la narrativa que guía a esta sociedad no contempla el juego entre las actividades «recomendables» para los adultos, pero sí para los niños, aunque no se los deje jugar sino que se los tenga atados a tareas escolares y extraescolares más importantes socialmente que cualquier acción espontánea del niño.

En el turno de Kali, aprendo sobre este aspecto alquímico tan intrínseco a mí que lo refleja mi nombre. Y !qué maravillosos es! Hoy me siento como una gota de Rocío, está claro.

RG

De oruga a mariposa: la noche oscura del alma

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Nos acercamos al solsticio de invierno, el día de menos luz del año. Justo en este momento atravieso por un proceso intenso de oscuridad (algunos lo llaman «La noche oscura del alma»). ¿Cómo lo quiero llamar yo? Desde luego, noche oscura del ama suena quizás demasiado tétrico, prefiero denominarlo «de oruga a mariposa», ahora que comienzo a entender el proceso de transformación que estoy experimentando.

Yule y Yuletide, al igual que la «Festividad de yalda» (una fiesta invernal iraní), son términos arcaicos indoeuropeos usados para referirse a la tradición antigua que observa los cambios naturales causados por la rotación de la tierra alrededor del sol y sus efectos en la cosecha alimenticia durante el solsticio de invierno. El solsticio de invierno marca el momento de las noches más largas del año; el sol parece estar a punto de extinguirse. Este periodo dura doce noches, desde el 25 de diciembre hasta el 6 de enero. Según la tradición, en este tiempo los reinos de los vivos y los muertos entran en comunicación. Encontramos este motivo mítico en los celtas, los griegos, los germanos y los indios védicos. Pero, lejos de significar un tiempo de oscuridad, los antepasados de los europeos lo celebraban como anuncio indudable del próximo retorno del Sol y del renacimiento de la vida que no muere bajo el frío invernal.

Desde luego, me he sentido tambalear, mi sostén se deshacía bajo mis pies y ya no sabía dónde pisar, !todo un desmayo al que no me dejaba caer! He impuesto una resistencia debido a mi relativa ignorancia del proceso natural que se produce en esta época del año y a mi incapacidad para  gestionar mis emociones en consecuencia . Sin duda, el estudio de la astronomía me ha mantenido con el rumbo fijo y me ha ayudado a atravesar esta aventura excepcional que aún no ha terminado. Pero si ahora miro mis pies ya veo dónde piso, veo mi sostén, el mito que amo que es la Tierra y que en mí se expresa  a través de la comprensión y la narración de las verdaderas inspiraciones que guían a la humanidad a sus más altos logros a largo plazo. Desde luego, el cielo es una de esas grandes inspiraciones de la humanidad, siempre lo ha sido. Y nuestras tradiciones más ancestrales han estado muy ligadas al cielo y a los árboles, que nos conectan con el cielo.

M. Chabot dice que “en los tiempos paganos, en las fiestas de Jul, celebradas a finales de diciembre en honor del retorno de la Tierra hacia el Sol, se plantaba ante la casa un abeto del que colgaban antorchas y cintas de colores” (La nuit de Noël dans tous les pays, Pithiviers, 1907). Pero el árbol no aparece sólo en la tradición germánica: gracias a Virgilio sabemos que en Roma, durante el periodo de las saturnalias, se colgaba en la plaza pública un árbol cargado de juguetes.

Nos hallamos aquí en presencia de otro elemento inseparable de la mentalidad mítica europea: el árbol como símbolo sagrado, como eje o pilar del mundo; un árbol que para los celtas era una encina o un roble, un fresno para los escandinavos (el famoso fresno Yggdrasill) y un tilo para los germanos. El árbol, con su impresionante estructura, sus hojas, su tronco y sus raíces, es una representación del cosmos y de su organización; pone en contacto los diferentes niveles del mundo (el cielo, la superficie y el reino subterráneo); une el presente, el pasado y el futuro, y liga al hombre con su linaje y su devenir. Vínculo de lo continuo y lo discontinuo, representa la vida que nunca acaba y por eso es símbolo de la regeneración perpetua de la vida. Exactamente del mismo modo que el solsticio de invierno da testimonio del renacimiento eterno del sol.

Y con todo este trasfondo natural, me encuentro yo, un único y singular animal humano en medio del inmenso movimiento del cosmos y, en este momento de máxima oscuridad, el sentimiento de pequeñez y vulnerabilidad se hace más grande, más patente, más notable. Y esa sensación de vulnerabilidad, de muerte momentánea trae consigo un nuevo renacer, un flujo continuo de vida tras la muerte y una corriente de regeneración, de deshecho de valores inútiles, de revisión y reafirmación de lo único, lo verdadero, lo perdurable y lo real. ¿Y cuál es la verdad de todo esto? Bien, igual que la oruga se retrae hacia adentro siguiendo su propio impulso natural para, sin siquiera saberlo, transformarse en una mariposa, yo me he escondido en mi crisálida de soledad y oscuridad para coger el impulso necesario hacia una nueva realidad que reaparece a partir del solsticio de invierno con el nacimiento del sol.

RG

Un éxodo de amor

Si fuera una cantante, me pido a la Buika, toda una Kálika (y encima rima!). Evidentemente, hay varias razones por las que la elijo. Reúne algunas de mis cualidades y le pone voz y música. ¿Qué cualidades? Esa mujer valiente y a la vez vulnerable, fundida con el Duende andaluz, de mi tierra, amante de la sonoridad de las palabras, y de la alquimia de las lenguas y del inglés que siempre me cautivó. La alquimia de la música y las palabras que yo siento fluir en mí.

Hace unos días Kamala me susurró al oído: «en la traducción desarrollas la alquimia de las palabras», muy bajito, casi no la oía, sutil como un suave soplo de brisa de mar. Y sentí un placer sexual, intenso, ese que deben sentir los niños cuando juegan o les cuentas una historia, ese que sienten mis hijas cuando se sumergen en la expresión extática verbal de su yo más profundo, de su esencia. Ese que siento yo cuando traduzco, cuando paseo por la naturaleza, cuando miro las estrellas o sumerjo mis pies en el agua fresca de un río, cuando lloro y suelto mi angustia, cuando comparto el sexo, cuando disfruto con mis alumnos y me lleno de sus miradas……La alquimia de la vida, las emociones, las personas, las palabras, las palabras.

Buika dice: «There’s an exodus of love»(Hay un éxodo de amor), «walk away from the mad man»(aléjate de los locos), «I do not want to follow rules»(No quiero seguir normas),»They keep talking about prophets and losses, but they don’t talk about the love of us»(No paran de hablar de profetas y pérdidas, pero no hablan de nuestro amor),»They say that paradise is a far way land, I was in Holy Ground when you took me in your arms»(Dicen que el paraíso es una tierra muy lejana, yo estuve en tierra sagrada cuando me abrazaste)….

Y la música sigue sellando mi pacto con la vida y la narración. En el día 29 de este ciclo lunar casi monotemático (la brecha o guerra de géneros), se abre la puerta al éxodo de amor. Ya está bien de jodernos la vida, ya lo hemos visto, lo hemos sentido, el dolor del cuento siempre contado, la historia de amor imposible, la angustia asegurada, el desamor temprano, el desamor. Todo es material, la reconciliación de sexos también, todo es material.

En el penúltimo día del ciclo de Kamala, me repito la Norma de la Psique de mi amigo John Lash ( y mía): La belleza de la historia que amas se ajusta y genera el poder para vivirla».En inglés, que me suena genial es: «The beauty of the story you love matches and generates the power to live it»

En la finalización de Kamala, llega el éxodo de amor, el éxodo de los guerreros desafiantes, el éxodo de los hombres y las mujeres en búsqueda de su reconciliación. Una reconciliación que solo puede llegar mediante la acción, las palabras, el erotismo de la unión sexual, el tacto, el cobijo, la violencia sagrada, la verdad, el éxodo de amor.

RG

 

Las estrellas curan la guerra de sexos en Kamala

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“y volaremos alto donde las nubes van despacio,
despacio va mi boca sobre tu cuerpo,
tan lento que quizás se pare el tiempo”

No habrá nadie en el mundo. Concha Buika

Hoy he traducido, he sentido el placer que me aporta la reconexión con la sabiduría del planeta, a través de esas cosas que cuenta el amigo John Lash y que yo cada vez estoy más convencida de que yo también las siento y las he sentido toda mi vida.

Y la reconexión ¿con qué? Bien, hoy he estado reconectándome con la “pareja sagrada”, con los orígenes de nuestra especie y con la verdadera naturaleza del hombre y la mujer. John habla de muchas cuestiones interesantes en esta entrevista con Suzanne Toro. El tema fundamental de la entrevista tiene que ver con la curación de la Brecha de Géneros, esa guerra asquerosamente dolorosa que vivimos los hombres y las mujeres de este planeta y que rompe completamente el vínculo de placer que nos une y que, dado el caso de restaurarlo, arrasaría con muchos de los problemas que sufrimos día a día en lo más profundo de nuestra existencia.

John habla de una de las dolencias fundamentales de las relaciones entre hombres y mujeres de hoy en día y es la codependencia. Le pedimos al otro que satisfaga nuestras necesidades y eso es tremendamente enfermo (!además de extenuante!). En realidad, hay una única necesidad que existe entre un hombre y una mujer (dice John, y yo también), UNA SOLA NECESIDAD que compartimos y deberíamos buscar en el otro, una sola: la necesidad del tacto.
“Tocar” (touch en inglés, que a mí personalmente me suena muy bien,!me encanta el inglés!).
Sin embargo hay una palabra que prefiero a “tocar” en español y es caricia. Empecemos por la etimología de la palabra “caricia”.
Es interesante señalar que “caricia” viene de la raiz indoeuropea ka- (“desear”). ¿Y si miramos la etimología de desear?

Todo esto parece apuntar a que, si queremos resolver la guerra de sexos, tenemos que mirar al cielo. ¿Y qué pasa cuando miramos al cielo? Bien, suceden muchas cosas, obviamente pero, yendo al grano, cuando miras el cielo, honras el vínculo sagrado con el cosmos, dejas a un lado tus preocupaciones narcisistas y abres el camino a una visión transpersonal de tu existencia. De manera más específica y en relación con el tema que nos ocupa, la guerra de sexos y la curación de la brecha entre hombres y mujeres, cuando miras al cielo te despojas de los condicionamientos sociales, culturales impuestos a tu rol de hombre o mujer y dejas entrar al tercer elemento de la relación entre los sexos. La relación entre el hombre y la mujer se convierte en un trío. Y ese tercer elemento transpersonal que nosotros llamamos “el nos” actúa como principio curativo, como mediador de conflictos.

Ni el hombre ni la mujer son el santuario,
no hay ritos orquestados y ninguno de ambos han de ser tomados por divinos,
al menos no del modo en que mi instinto destella, donde se hacen las plegarias sexuales
es en el mismo acto y quien se atreve a tan
divina y rara fusión, al instante se renueva.

Sierra de Líbar. John Lamb Lash (traducido por Rocío Gómez)

RG

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La belleza en Sodashi sabe a olivo

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¡La belleza en Sodashi sabe a tantas cosas! A mi me sabe a flamenco, a mis raíces, a mi tierra, repito, a mi TIERRA, esa que siento cuando escucho esta canción. Esa tierra con la que me siento cada vez más conectada, esa que ya responde a mis llamadas.

Curiosamente la canción habla de olivos y es que la tierra que vio mi amanecer es Martos (Jaén), mi pueblo rodeado de olivos, olivos,  olivos. Cierto que siempre odié el paisaje arcóntico del monocultivo marteño pero he logrado reconciliarme con el árbol que me vio nacer, ese con el que siempre tendré un vínculo especial. ¿Cuántas cosas contarían los olivos marteños, secretos intactos bajo las ramas pesadas, cargadas de aceitunas, semillas de elixir dorado? Secretos confesables y quizás otros no tanto.

El tono de esta canción y su sentimiento enlazan con las  sensaciones  que me acompañaron en mi despedida de Martos. Ahora es distinto, muy distinto.

Como dice la canción de Buika:
Hermosa era la tarde
Cuando entre los olivos,
Nadie vio como yo a ti te quise
Como te quiero
Hoy los olivos duermen Y yo no duermo

RG